Pero hoy lo he sobrellevado bastate bien, y he adelantado bastante trabajo. Pero vamos a lo que importa, o a lo que os aburre, según las preferencias de las personas humanas.
Hoy me apetece hablaros de mi gran amor, mi luz, mi sol, mi salvación... y el chasco que se van a llevar los que piensen que voy a hablar de mi amor, la persona a la que amo, posiblemente en secreto, amor que por cierto es todavía (y según dicen mis amigos durante mucho tiempo) inexistente. Lo siento señores, mi filosofía con respecto al amor es que es una reacción hormonal cerebral que desbarajusta el cerebro, y cualquier situación que no pueda controlar es automaticamente clausurada por mi cerebro. Para mi, el amor es como una droga: lo pruebas y te enganchas, mientras lo tienes estás como en una nube de felicidad, lo pierdes y te deprimes, surge el mono, y lo peor es que al ser algo que supuestamente no se puede controlar fácilmente, es mucho más facil volver a caer. Sé que a la mayoría no os gustará mi teoría, pero lo siento, he recibido muchos palos en personas cercanas a mi y ello me ha hecho perder la confianza en el amor.
Pero me he desviado del tema inicial, de mi autentico amor que no puede huir de mi: los libros. Esos son mis amigos desde siempre, con los que siempre puedo contar y sé que no los voy a incordiar con mis cosas, mis elementos de evasión. Empecé mi pasional aventura con... con... bueno, la verdad es que mi memoria no llega a ese punto (y eso que tengo una prodijiosa memoria a largo plazo, a pesar de mi memoria a corto plazo es más deficiente que la de Doris, el pez azul de "Buscando a Nemo"). El caso es que ellos están presentes desde que mi madre me leía los cuentos de las coleccíones que mi tía me compraba en la sociedad de repartos de libros a domicilio cuyo nombre todos sabemos. Recuerdo con especial cariño las colecciones Los Libros de Buenas Noches, Los Libros de Buenos Días y Cuentos para dormir Ratones. Después, y tras haberme leido la mayoría de los libros infantiles y parte de los atlas visuales de los animales de la biblioteca pública, llegaron a mi vida los maravillosos libros de Manolito Gafotas de Elvira Lindo, con los que tanto mi madre como yo nos reiamos hasta que nos dolía el estómago. Entonces llegué a los ocho o los nueve años (no se si lo empece antes o despues de mi cumpleaños, aunque creo que fu bastante despues, tal vez durante el verano) y con ellos llegaro a mi vida los tres primeros libros de Harry Potter, libros que me han abierto el paso a la vida adulta. Esos libros me han ido acompañando hasta la vida "adulta", de hecho, est etapa no se ha terminado hasta marzo del año pasado, cuando se publicó el último libro. Esta colección me ha ido acompañando durante toda mi etapa de crecimiento, y yo he crcido con ellos. Este libro está escrito especialmente bien en lo que se refiere a las tramas y a los caracteres y a las relaciones entre los personajes.
Luego llegaron los demás libos de fantasía (El Señor de los Anillos, El mago de Esmirna...), hasta que llegó a mi vida Agatha Christie, y despues de un enorme empacho de Agatha Christie, empecé a tragarme absolutamente todas las lecturas que caían en mis manos.
Yo creo que de ellos nació la inteligencia emocional que tengo (perdón por la presunción). Ellos me han enseñado todo sobre la vida, pues siempre he defendido que la mejor manera de ver como son las personas es observarlas en situaciones extremas. Seiempre he admirado a los escritores por la capacidad que tienen de sintetizar y plasmar la verdad sobre el ser humano. Ellos fueron la piedra angular sobre la que trabajé para expandir mis capacidades.
Para mi la lectura es el inicio y el fin de las artes, es a la vez tan parcial y tan universal...
Es mi método de evación y mi fiel e íntima compañera. Es algo por lo que merece la pena existir, pues solo por leer un libro, despertar la voz dormida e inexistente de un personaje, compartir s vida, sus pensamientos, sentir a través de su cuerpo el choque de las olas en tus pies, a pesar de estar en tu cama. Es una sensación gloriosa por sí sola. Es el todo. Es sentirse un ser superior. Lo único que te hace sentir más poderoso es ser tu el escritor y que se lean tus historias.
Bueno, creo que ya es suficiente por hoy. Se que me he pasado, que ya aburro. Además, tengo sueño y me han cabreado. Es hora de que finalice mi día off.
Espero que todo os vaya bien. Y ya sabeis que me teneis aquí para lo que querais. Un saludo cordial, bueno, un saludo cariñoso. Siempre vuestro:
De Cotilla a Confidente
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