Buceadores en mi mare tenebrosum

jueves, 19 de marzo de 2009

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Os hable de mi enorme gusto por el cine, pero no me explayé lo suficiente.
La verdad es que, como el cine, la televisión entró pronto en mi vida. Creo que todo empieza por que mi madre no era del pueblo en el que residimo, sino de un pueblo cercano. Aunque mi abuela paterna y ella pasaban mucho tiempo juntas debido a que mi madre no conocía a mucha gente en mi pueblo (aunque si bastante), me he criado entre gente mayor (mujeres mayores).
Entonces lo más cercano a una persona de mi edad era la televisión. Ella me ayudó a expandir mi amaginación, y fue una fiel compañera de juegos. Creo que por culpa de ella (o gracias a ella porque así potencié mi lenguaje) he tomado la costumbre de hablar solo, o en su defecto con objetos inertes o plantas (a lo Hamlet con la calavera en la escena I del acto III). Esta conducta (que ha llegado a preocupar a mi madre) radica de mi manía de repetir las escenas, sobre todo si eran conjuros (como los de La Bruja Novata o los de la serie Rina y Gaudy). Hablaré primero de esta serie, Rina y Gaudy, unas de las pocas que aun recuerdo, y además con ternura. Hace poco vi en YouTube unos videos de esta serie. Trataba de una hechicera, Rina, que con ayuda de su amigo el espadachín Gaudy, intentaba vencer al hechicero oscuro conocido como "El Monje Rojo". Esta serie marcó mi fantasiosa infancia y mis futuros gustos por las realidades paralelas ajenas a esta.

Tras ella llegaron los Digimon, esos simpaticotes monigotes cuyo mundo conocía como la palma de mi mano. Además esta fue la época en la que me di cuenta de mi potencial como manipulador.
Pues he de contaros un curioso episodio de mi vida. En este periodo ya iba al cole, y por tanto ya había hecho amiguitos y me quedaba con ellos y con mi madre en el parque despues de clase (pues en aquella época había clases por las tardes). Bueno, pues les hacía creer que el mundo de la televisión era un mundo oculto, mundo que se juntaba con una realidad paralela a la nuestra en la que las plantas tenían conciencia racional y ua jerarquía social (por supuesto no con estas palabras, no soy ningún niño prodigio). Yo tenía la facultad de pasar durante la noche la barrera que separaba ambos mundos, adquiriendo así cualidades sobrenaturales.

Aunque parezca mentira, todos teníamos entre seis y ocho años, y yo pude enventar la historia y ellos se la creyeron durante al menos otro (la verdad no estoy seguro, pues ha pasado mucho tiempo y cuando eres joven el tiempo pasa a otra velocidad). Bueno, el caso es que esa fue la primera marca manifiesta que me demostró dos cosas: la primera es que podía manipular a la gente y la segunda, que tenía un don que me ayudaba a inventar historias.
Sigamos con lo nuestro. Tras las cuatro temporadas de Digimon, creo que los siguientes que llegaron a mi vida fueron los Pokemon, y tras estos llegaron los dibujos de Cartoon Cartoon.
Despues llegaron mis aun acompañantes: los Simpsons.
Aunque los dibujos animados me acompañaron hasta ahora (pues aun sigo siendo un niño), fue en esta época cuando comenzaron a tomar presencia en mi vida las series de "personas relaes", como decía cuando era niño. La verdad, aun no recuerdo cual fue la primera, pero si recuerdo cual fue (y es) mi favorita: Embrujadas.














Lo sé, mucha gente piensa que es cutre, poco creible y predecible, pero la sigo adorando. Es ese componente mágico que me atrae, esa esencia humana que me instruye y ese plano amoroso que me entretiene. No sé, tiene algo.
Tras ver la mitad de las series y películas de la televisión llegamos a mi momento criminal, es decir, cuando CSI entró en mi vida. Fue todo un cambio en mi manera de ver televisión, pues, salvo por los documentales de viajes y de animales de la dos (si, veía los documentales de la dos) no veía en la televisión nada cultural. Esto me enseñó ña ciencia en estado puro. Gracias a esto me planteé la criminología y creo que fue la antesala para mi caidaen los libros de Agatha Christie y sir Arthur Connan Doyle. Aunque creo que aquel erano en que Antena 3 emitió algunos episodios de "Se ha escrito un crimen" tambien ayudaron.















Luego llegó a mi vida Cuarto Milenio, que fue para mi gusto por el misterio como la leche materna para un sietemesino.
Ahora ocupan mi vida serie de toda índole: Bones (que adoro pincimalmente por su protagonista Temperance Brenan [la mi Tempi]), Entre Fantasmas (la mi Mel), CSI, el Mentalista, Aida, Cuarto Milenio...



En resumen, yo no soy yo, soy yo y la programación, ejemplificando mi caso reformulando la conocida frase de Ortega y Gasset.
Bueno, ya es tarde, así que os deseo felices sueños, michos dias "Aquarius" y que todos vuestros deseos se cumplan. Con cariño:
De Cotilla a Confidente

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