Buceadores en mi mare tenebrosum

miércoles, 29 de abril de 2009

Buenas tardes

Llevo sin hablaros desde el sábado, así que tengo varias cosas que contaros. El sábado y el domingo los dediqué a hacer deberes, así que, sin comentarios. El lunes tuve terapia de grupo, y esta me ha servido tanto o más que las anteriores, debido a que estuvo orientada a detener las reacciones mentales que surgen debido a la aparición del problema, y eso conlleva la distracción con una respuesta agradable provocada conscientemente, es decir, evocando una vivencia con los cinco sentidos del cuerpo y los cinco del alma (imaginación, juicio, sentido común, memoria y fantasía). Como no, elijo la bella ciudad de London para que sea la artífice de mis experiencias "ultrasensoriales".
El martes vimos una peli en el Instituto: La habitación de Fermat, una película sorprendente no solo por ser española sino porque está ausente del elemento más típico del cine español de los últimos tiempos y que se ve plasmado perfectamente en el film Mentiras y gordas, el sexo público. No me sobreentendais mal, no es que sea un moralista obsesivo en intransigente que no ve bien las relaciones prematrimoniales y el sexo, es que una vez, otra vez, intentando haber quien es el director que más enseña con la menor edad límite choca un poco, quedando películas casi sin argumento como la ya citada Mentiras y gordas (que aun no he visto, pero que solo la crítica en Internet y por parte de mis compañeros de clase me llevan a imaginar y decir estos comentarios que pueden ser considerados atroces). El argumento de la Habitación de Rermat es el de cuatro matemáticos invitados a una cita matemática en la que se les plantea un enigma sin resolver. El anfitrión es un hombre que se hace llamar Fermat. A todos ellos les ha dado también nobres de matemáticos famosos. Entonces el tal Fermat recibe una llamada del hospital, y tiene que salir, dejando la chaqueta tras de sí, y también una PDA. Cierra la puerta y... hasta aquí puedo leer. Vedla y no os arrepentires, y,si quereis, me contais despues. Pero esa tarde se me presentó un conficto, ir o no ir. Os cuento.
Hoy he tenido una excursión, para recoger un premio que se nos ha dado. Saliamos a una hora a mitad de la mañana, pero las primeras horas había que ir a clase. Pero mis compañeros se negaron a ir, y quedaron para no ir al día siguiente. Yo me negué. y esa tarde tuve el conflicto de ir o no, así que preferí elegir rápidamente para evitar el pensamiento rumiativo, y, entre lo ocioso y lo legal, elegí lo legal, aunque me encontrara con mi profesora únicamente en clase. Por suerte hoy no he etado solo, he tado con dos compañeros más. Luego hemos ido a recoge el premio a la ciudad, unas palabras de los organizadores, la entrega de premios, un catering y a casa. No ha estado mal.
Sigo con ayer por la tarde (perdón por este desorden temporal); estuve en catequesis y subí al campanario de la iglesia de mi pueblo con un catequista. Despues, por la noche, me tocó el día prolífico, así que no lo desaproveché y me puse a escribir. Bueno, os dejo, hasta mañana. Con cariño:
De Cotilla a Confidente

sábado, 25 de abril de 2009

Siento que sea con retraso, pero:











¡Feliz día de San Jorge! ¡Feliz día del libro! Felicidades a todos los catalanes, ingleses, cacereños, lectores y escritores. ¡Ah! ¡Se me olvidaba! Y también a todos los Jorges. Me ha sido imposible escribir: exámenes, deberes, sueño... ya sabeis, el pan mío de cada día. El caso es que me fastidió mucho no poder escribir el día de libro, el día que se dedica a esos que tanto nos han dado sin espera nada a cambio, aquellos a través de los cuales podemos sentir y hacer sentir. Un tributo para ellos, se merecen un día y más, pues yo el día se lo dedico a diario.

No me ha pasado nada interesante, así que os dejo, pero antes, un regalo:








Se despide vuestro amigo:

De Cotilla a Confidente

lunes, 20 de abril de 2009

Buenas noches amigos y amigas

¿Qué tal va la cosa? Quiero compartir algo alegre con vostros: ¿os acordais del premio del concurso de relatos? Bueno, pues solamente nos hemos presentado 3 personas, así que nos respartieron el premio entre los tres, pero hubo algo que no me gustó, nos dieron el tercer premio a los tres, sin distinciones, cuando el grueso del dinero total en que estaban valorados los tres premios llegaba para comprar 3 segundos premios, pero no sirve de nada quejarse, así que a aguantarse.
Este fin de semana lo he dedicado a hacer deberes, así que no tengo que contaros nada nuevo. Óniricamente, sé que he tenido sueños raros pero no los recuerdo.
Hoy he ido al psicólogo, como todos los lunes. También he tenido podólogo y que prepararme un examen (por suerte era de literatura, que la adoro) y hacer una redacción de ingles sobre una patochada, pero aun así me encuentro bien,
Y es que he ayudado a una persona a la que ni siquiera conozco para que continúe una relación con otra a la que si conozco, y eso ahce que me sienta bien.
Y es que, como sabeis, me encanta sentirme útil. Es el centro de mi vida, aunque pueda parecer algo pobre y triste. Pero a mi me reconforta. No necesito nada en mi vida que no sea eso. No tengo vida privada, así que me he creado una: hacer de confidente, consejero, paño de lágrimas, psicólogo y punto de apoyo.
Hasta mañana, espero que todo os vaya bien. Sabéis donde me teneis si necesitais algo. Siempre vuestro:
De Cotilla a Confidente

viernes, 17 de abril de 2009

Lo siento de veras

Siento no haberos escrito, pero esta semana no ha sido la más propicia en todos los sentidos. No escribo desde el jueves antes de ir a la Hora Santa. De ella solo puedo decir que fue muy emotivo: entrar en un templo en penumbras, iluminado solo por la tenue luz de decenas de velas, y sentir en la nariz el penetrante y suabe olor de estos cirios, ver el monumento iluminado, rezar, sentirte a otro nivel de consciencia y espiritualidad (ahora entiendo eso de los estados alterados de consciencia), leer y sentir que no es tu voz la que lee, escuchar la entonación profunda de los otros lectores, escuchar la voz del sacerdote (que canta muy bien) y de una mujer de la coral (que dudo si era o no la celestial) improvisando un poema de Antonio Machado convertido en saeta.
El viernes por la mañana estuve haciendo un trabajo de ética, y por la tarde salí de nuevo a sacar el estandarte de mi cofradía. Esta procesión se convirtió en una crudelísima batalla entre el viento y yo, pues este llevaba el estandarte hacia un lado y hacia otro, hacia delante y hacia atrás, como si fuera la vela de un barco. Pero yo hice como el mastil, la conduje intentando que Eolo no se la llevase para convertirla en su bandera y en mi vergüenza.
Logré llevar la empresa a buen puerto. Esa noche no tuve ganas de salir otra vez a la procesión, así que me quedé en casa haciendo el trabajo y leyendo.
El sábado estuve desde las once hasta las tres y media en la iglesia para prepararla para la Vigilia Pascual. Además de cubrir una cruz de madera maciza de mos metros y medio de alto de flores bancas y despues de subirla a la mesa, mover macetas, colocar bancos y un largo etcétera, tuve que ayudar a los de la cofradía de La Virgen de los Dolores a llevar las andas de su virgen a un lugar donde las guardan.
Por la tarde estuve dándole un tiento a mi trabajo de ética mientras veía a trozos la película de Memorias de África, que ha pasado a mi lista de libros por leer y cuando termine de hacer esto entrará en mi lista de películas por ver (pues, además de verla a trozos y cogerla empezada, no la terminé). Esa noche fui a la Vigilia, y tuve que leer. Fue una ceremonia preciosa pero manchada de negro, ya que tuve que despedirme de los niños que trajeron las Hermanas de la Caridad, pero la despedida se tiznó levemente de blanco, convirtiendose en gris con la promesa de las monjas a los niños de que van a volver al año que viene (a algunos los recordaba de haberlos visto el año pasado).
El domingo por la mañana estuve haciendo el trabajo de ética, por la tarde fui al pueblo de mis abuelos maternos. Por la tarde, cuando llegué, seguí haciendo un trabajo. Por la noche ví Aida y después me dormí.
El lunes tuve psicólogo por la mañana, y la sesión duró casi tres horas, así que por la tarde aproveché para seguir haciendo el trabajo y para concienciarme para que el estrés post-vacacional me afectara lo menos posible.
El martes tuve clases, así que comencé la rutina de los deberes y además el estrés post-vacacional me atacó tan fuerte que no pude ni pensar.
El miercoles murió el abuelo de una buenísima amiga, el Pequeño Pony, así que no tuve ánimos ni de escribir. El jueves, por el entierro, lo mismo. A pesar de hacer aceptado completamente mi propia muerte, impidiendo que me ataque el miedo a ella, aun no he podido controlar el terrible sentimiento de angustia que me ataca cuando alguien que conozco muere, y, además, ya os he dicho que los problemas de mis amigos me afectan como si fuesen mios, así que (salvando las distancias con ella, que tuvo que ser un golpe dúrisimo, y lo sé por que lo he sufrido) me dolió, y como mi abuelo también murió hace algunos años, puedo imaginarme lo que pasó por su cabeza.
Hoy escribo por dos razones: la primera porque hacía ya mucho tiempo que no escribía y no quería que nadie se asustara (si es que hay alguien ahí), y la segunda porque estoy emocionado porque esta tarde se entregan unos premios de un concurso de relatos al que me presenté, y me han dicho que ha habio muy pocos participantes, de hecho, me han dicho que tres. Y teniendo en cuenta que hay tres premios, os dareis cuenta de que algo me toca. De todas maneras no quiero hacerme ilusiones, pues, como sabeis, soy pesimista y me sería imposible hacerlo. También porque si te haces ilusiones sobre algo y esto no se cumple luego te caes, y eso nunca es bueno; sin embargo, si ganas algo que no esperas la ilusión es mucho mayor.
Bueno señores y señoras, me despido de ustedes. Hasta mañana, queridos amigos y amigas:
De Cotilla a Confidente

jueves, 9 de abril de 2009

El chip de las vacaciones ha actuado sobre mi como un virus:

Ha atacado totalmente mi modo de vida, impidiéndome hacer ni el más ínfimo trabajo (salvo ayudar a algún amigo con asuntos escolares).
Como no entro en contacto con vosotros desde el sábado, os haré un breve resumen sobre lo que ha acontecido desde entonces hasta hoy y la repercusión que ha tenido esto en mi vida.
El domingo me levanté temprano para hacer una ruta de 25km en una zona que linda casi con una de las fronteras españolas. La completé en 4 horas y media. La hice con mi tía Literatura, con mi amigo Khalo y con su madre.
Me lo pasé genial. Adoro el senderismo. Es estar en contacto con la naturaleza, es relajarte, olvidarte de todo, contribuir a tu salud y, además, mientras se practica se pueden realizar cuatro de mis actividades favoritas: reflexionar, crear, hablar y escuchar música.
Llegué a mi casa algo cansado pero mejor que el año pasado. Me duché, me acosté a siesta, me senté relajado en el campo de mi abuela a mirar a la nada y a pensar en blanco, a relajarme, a entrar en contacto con las vacaciones. Y es que esa sensación que era casi de desasosiego casi había desaparecido ese día. Llegué a casa, me puse a ver Aída, y no fui capaz de dormir hasta bienentrada al madrugada, a pesar de haberme acostado a las doce y media. Como no conseguí conciliar el sueño, me puse a leer (he emezado el Perfume).
El lunes por la mañana estve con un compañero de clase ayudándolo con los deberes (tenémos ya planificados dos exámenes después de Semana Santa), y por la tarde volvió a atarme esa sensación mezcla de tristeza, desasosiego y tedio. El sin sentido de mi vida me ataca como la cobra a la magosta, dándole rápidos mordiscos, defendiéndose contra los ataques de su presa, mientra que la depredadora espera a que la mortífera pozoña que dejó escapar de sus dientes cumpla su efecto y se distribuya por todo el torrente sanguineo de su enemigo,
Por suerte para mí, mi organismo es capaz de neutralizar el veneno con el paso de algunos días. Pero no quiero adelantar caonteimientos violando así el orden temporal, pues no debes hacer a nadie lo que no te gusta que te hagan a tí.
Por la noche me acosté pronto. Me encontraba física y mentalmente agotado.
El martes me puse a ver películas. Por la mañana empecé a ver La Bruja Novata (la terminé despues de comer), y me atacó la melancolía de la infancia perdida (sí, conquince años ya tengo melancolía de la infancia perdida, que depresión).
Por la noche descubrí la que se ha convertido en una de mis películas de cabecera: La verdad sobre perros y gatos. La verdad es que es una maravilla de película, de historia y de reparto, y creo que fue el desencadenante de mi sueño de esa noche (al menos de su imagen).
Esa noche sé que estuve bailando con una mujer. De ella solo recuerdo sus balncos brazos apollados sobre mi hombro, lo esbelto de su cintura, que estaba sujeta por mis manos y su vestido azul electrico. Era de tirantes, sin un escote muy grande, ajustado bajo el pecho, y a partir de ahí caía con vuelo, como su tuviese encima una capa de gasa.
Lo máximo que soy capaz de recerdar de su cara y de su perfil es que tenía el pelo rubio y corto, y se adivinaban en su cara las facciones de Nicole Kidman (mi actriz favorita). y creo que esta mujer es un símbolo, ya que primero Nicole es mi actriz favorita, y segundo, Una Thurman era una de las protagoniatas de la película de la noche anterior, y suelo confundirla con Nicole.
De nuevo he acudido a los diccionarios de sueños, y esta es la información que he sacado: alegría y felicidad en general si baila en un sueño, tendrá una buena suerte que no esperaba. Los sueños en que bailamos o vemos bailar siempre tienen un marcado sentido sentimental y erótico y, por ello, es muy importante recordar si el sueño ha sido agradable o desagradable. En el primer caso es un buen presagio para nuestros éxitos amorosos. Un sueño en el que está bailando representa la libertad sin barreras y el equilibrio con uno mismo. También simboliza la alegría, la elegancia, la sensualidad. Por otra parte, bailar en sus sueños puede significar la unión de la parte femenina y masculina de su ser. Soñar que ve a gente joven bailando, significa que en la vida todo le será fácil de conseguir y podrá gozar de una vida agradable y sin problemas. Soñar que estás bailando, significa que le sorprenderá la buena fortuna: la loteria, una herencia,… Si sueñas que vas a ir a un baile, significa que eres feliz y lo estás celebrando. Rechaza la tristeza. Para ti la frase "bailar con la vida" te sugiere, ser creativo y dejarse llevar por la vida, coger lo que la vida le ofrece en el momento que se lo ofrece, porque no quiere perder ninguna oportunidad. Soñarse en un baile con ropas de principios de siglo, con música suave y romántica, valses por ejemplo, insinúa que se está viviendo muy agitadamente y se anhela recuperar su equilibrio mental y emocional. En un hombre indica disgustos en los asuntos que maneja. Si era agradable será un buen presagio para nuestros éxitos amorosos.
Los colores en los sueños sugieren el mismo símbolo que se les conoce en la vida, por lo tanto, se pueden aplicar a los trajes y vestido o la ropa en general. Las características de la vestimenta son las que marcan el significado del sueño, ya que puede ser de diversas formas, colores y materiales y es posible que aparezca en muy distintas situaciones.Cuando un hombre sueña un traje a su medida, o si es mujer, un vestido, significa éxitos cercanos, si es que aparece limpio.El color azul en la ropa significa cambio hacia lo espiritual o intelectual, siempre buscando niveles elevados.
El miercoles tuve el día sensible. Por la mañana tuve la necesidad de escribir y empecé Tierra, uno de los relatos que tengo en mente. También creé más. Ya tengo en mente cinco relatos cortos, dos novelas y dos obras de teatro, y estoy escribiendo un relato y una historia y un relato que me da la sensación que va a alcanzar las proporciones de novela.
Por la tarde me ví las películas de HSM. Me afectaron más de lo normal, sobre todo la última, porque hablaba de despedidas y de amor a través de todo, y ese día la sensibilidad hacía que todo fuera para mí peor de lo que debía ser.
Y es que tengo miedo al final, a acabar, a las despedidas, a que toda tu vida, todas sus etapas, se escapen de tus manos, que, como diría Shakespeare, sean "demasiado repentino, como el relámpago, que deja de ser antes de que se pueda decir <<¡Un relámpago!>>". Él lo decía con respecto al compromiso en la obra Romeo y Julieta, pero bien puede aplicarse con respecto a la vida. Y si el final me da miedo y pena, el principio me causa pavor. El empezar de una nueva etapa, el no conocer a nadie, el comenzar desde cero... Todo es dificil, y más aun con mi timidez.
Por la noche salí a la procesión, y es que salía portando el estandarte de mi cofradía. Luego fui de madrugada a una segunda procesión. A mi me encanta la Semana Santa; saca lo mejor de mi, es como si tuviera la oportunidad de redimirme de todo mal, me hace darme cuenta de que puedo cambiar las cosas, de que todos estamos aquí para hacer algo en el mundo, algo que, grande o pequeño, siempre dejará huella.
Pero por la noche, en la última procesión, me entró un fuerte ataque de mal genio. Y es que esta procesión es una procesión del silencio, y en mi pueblo eso no existe. Más que acompañar a los santos en la procesión, en mi pueblo parece que se está en un corral de comedias. Están unos pocos que van porque lo sienten, otros que van en el centro de la escena por amor al arte, otro que van a lucirse, gente que va a hablar, mosqueteros que son los que se dedican a gritar, la nobleza, que va solo para que la gente del "pueblo llano" los vea lucirse. Es irritante, la gente no se calla, no dejan rezar a nadie. Es como una tertulia anual.
Y luego están la gente de mi edad física (más o menos) pero de una edad mental de unos dos años, y una líbido disparadas. Os explico, el recorrido de la procesión puede seguirse con el líquido de la calzada. Y este líquido no es la cera de los cirios, sino las babas de esta gente persiguiendo a los costaleros y a las costaleras. Os explico el ciclo: las chicas van detrás de los costaleros, los chicos detrás de las costaleras, otras chicas detrás de los chicos que persiguen a las costaleras y otros chicos que persiguen a las chicas que persiguen a los costaleros. Y luego están los que se ponen a sobarse y a besarse delante de las imágenes, a lo Paquirrín y su novia en los balcones de Sevilla.
Luego me fui a dormir, ese día había sido largo.
Me levanté con algo de dolor de cabeza. Por la tarde he estado en la celebración de la Última Cena. Y, además de lo bello, inspirador y espiritual de la ceremonia he experimentado una gran experiencia. He compartido banco y he tenido en mis brazos a unos niños que unas Hermanas de la Caridad que antes vivían en mi pueblo y que ahora están en una congragación en Sevilla que llevan un centro de acogida de niños. Ha sido una belleza. Esa cara de ese niño de dos años que que la hermana puso en mis brazos sin que este rechistara, el otro chico cogiendome del brazo y tratando de atraer mi atención, la otra niña pendiente de un chico en su banco y del que yo tenía en brazos, como si fuera su hermana o su madre, esa manera de cuidar unos de otros y esa capacidad de querer... Salí emocionado tras hablar después con ellos, tras dejar que le pequeño me diese un beso, tras presentarme a los otros...
Y es que los niños son mi debilidad. Y creo que me han aclarado algo del futuro: necesito ayudar a los demás para sentirme bien. Así que, si soy psicólogo, me gustaría trabajar ayudando a los demás, si puede ser en un orfanto o en un centro de acogida, y, si me hiciese derecho y opositara a diplomático, me gustaría colaborar de voluntario.
Esto ha sido grande. Y esta noche tengo Hora Santa y adoración al Santísimo, así que mañana me gustaría compartir con vosotros mis experiencias espirituales. Un placer hablar con vosotros, rezaré para que todo os vaya bien. Os salud vuestro amigo:
De Cotilla a Confidente

sábado, 4 de abril de 2009

Perdón por no escribir en toda la semana

No he tenido ni ganas de hacerlo ni motivos para ello. Pero hoy de nuevo necesito descargarme. Y es que esta semana me siento vacío. Tengo como una especie de vacio exisencial que me atrofia mis sentidos y que no deja de inmiscuirse en mi vida.
Estoy así desde que el miercoles presentí que iba a ser un mal día. No sé por qué me pasó, en verdad, salvo por una discusión que tuvimos el grueso de la clase con mi profesor de matemáticas y que por la tarde tuvo que estudiar para un examen de física y química nada interrumpió el día. Tal vez tuviese algo que ver que el miercoles viera en catequesis La Pasión de Cristo de Mel Gibson, pero no vi nada especialmente fuerte, pues el principio no es muy impresionante en el sentido de que pueda causar un shock o algo parecido.
Continúo con el jueves. Las primeras horas sin sobresaltos, un examen casi perfecto y las dos últimas horas una fiesta con mis compañeros de clase, y con los de la otra clase (que fue muy bien, pues las personas de esa otra clase que me caen más o menos mal e había ido).
El viernes a primera hora un partidito de badminton, despues una clase de relax, viendo fotografías en el ordenador y jugando al ajedrez y al gusano. La tercera hora fue de fiesta con las sobras del día anterior, la quinta de una amigable charla con unos pocos que nos quedamos de las dos clases, que me pasé hablando con mis amigos y con mi profesora de Lengua.
Las dos últimas horas nos las dejaron libre, y mis compañeros me pidieron que fuera con ellos a tomar algo. Ya os he dicho que no soy muy amigo de salir, así que, a pesar de que fueron muy pesados para que fuera (gesto que les honra) y que les prometí ir, nadie esperaba que me presentará, así que todos se quedaron muy impresionados cuando lo hice. Todo fue bien. Me bebí un Seven Up, fui a buscar a mi hermana a clase y luego volví de nuevo con mis amigos.
Pero de repente empecé a notarme a disgusto, y tuve ganas de irme, así que lo hice.
Llegué a casa y me acosté. Me levanté con una profunda sensación de malesar, de incomodida, de no saberque hacer ni que no hacer, ni porqué no hacer nada, y todo lo que hacía me hacía sentir mal, no conseguía evadirme...
Me salia a la calle y todo fue más o menos bien. La verdad es que, como ya os he contado, tengo algún problemilla en mi círculo, pero no creo que sea la cuna de mis males.
El caso es que me encuentro como si nada en mi vida tuviese sentido, como si no fuese una persona, como si todo lo que hiciera no sirviese de nada porque no sé hcaer nada bien, incluso lo que solía hacer de una manera un poco aceptable se hubiese esfumado como la llama de una vela.
Bueno, ya me he desahogado, así que no os preocupeis por mí, quizás mañana me encuentre mejor. Que nadie se me asuste, lo he pasado peor otras veces.
Espero que todo os vaya bien.
Se despide:
De Cotilla a Confidente