Buceadores en mi mare tenebrosum

viernes, 16 de julio de 2010

Desde el hogar de las Banshees

Hola a todos, queridos amigos. Os escribo desde la Isla Esmeralda, la tierra del leprechaun y el arco iri, hogar de duendes y hadas, hogar de los infinitos campos de treboles y de los bosques encantados. Lugar donde las gn (transcripcion en frances del conjunto consonantico que forma la letra uncia de nuestro idioma) y los acentos son algo de lo mas exotico, lugar donde mi ortografia se vuelve aun mas deficiente de lo que ya es.
Y sabeis lo que os digo: estoy feliz. Aunque no os lo creais, yo nunca habia sido tan yo como ahora.
Con esta gente estoy comodo, no se, es como si estuviesemos entre iguales, como si hasta este momento nunca hubiese estado al mismo nivel que nadie, siempre por debajo, como una especie de sombra con la cual hablas solo cuando te puede el aburrimiento y en un ramalazo de sana locura necesitas hablar aunque sea para ti mismo. Yo era, o debia ser, entonces solo una prolongacion de la persona con la cual estaba entablando contacto. Ahora soy solo yo. Con mis defectos y alguna que otra virtud (las menos, es cierto). Ahora no tengo que saber lo que piensan, simplemente espero a que me lo digan, o mejor dicho, a que no me lo digan. Se me hacer raro que no acudan a mi. Muy raro.
Pero lejos de todo lo que conoces, lejos de aquello que te hace tu, lejos de aquello que te condiciona, te das cuenta no solo lo que en verdad eres, sino tambien comprendes lo que de verdad importa. Hay caras que se te aparecen en la mente cada vez que levantas la cabeza de la almohada cuando amanece, esas de esas personas que, fieles o no, cercanas o no, frias o no, estresantes o no, han estado ahi cuando caias, han estado ahi cuando reias, han estado ahi cuando construias palacios de viento en que tu serias el principe azul y tal vez algun dia pudieses encontrar una princesa que compartiese contigo ese reino de fantasia. Gente que te hacia llorar si te herian. Gente que te hacia sufrir si no te hablaba. Gente que te ayudo a levantarte y te mostro de que forma hay que caerse sin herirse demasiado, una cosa muy importante y que no es tenida en suficiente estima por nadie. Veo las caras de mis padres, mi hermana, mis abuelos, de mis tios y de mis primas, de mis amigos... Me emociono cuando leo sus correos y me preocupo cuando no se nada de ellos.
Ahora comprendo lo que en realidad significa la esencia de la felicidad. No es como siempre he pensado: un concepto exacerbado, compuesto de enormes utopias y suaves matices de color dorado o plata, lo que la hacian aun mas alta e irrealizable. Era mi particular Torre de Marfil. Aunque pensandolo bien, me confundo de cuento: era la ciudad Esmeralda del Mago de OZ. Yo era el mago, un hombre guapo, fuerte y poderoso, que era capaz de hacer realidad tus deseos, pero que en realidad es un anciano cansado y asustado que se refugia en el panico. Creia que la felicidad venia en su perfeccion. Ahora sabe que no es eso, es simplemente sentirse querido.
Ahora mi mundo se estabiliza, y poco a poco no me siento tan apartado, o corrijo, a veces me siento igual de apartado, la diferencia es que ahora solo es momentaneo, ahora la gente se acerca poco a poco a mi para hablar conmigo, tengo un grupo de gente mas grande para hablar. Ahora por fin me encuentro a mi mismo. Ahora entro en contradiccion: quiero irme o quiero quedarme. Creo que ambas. me encanta esta gente, pero al mismo tiempo quiero encontrar a los mios, quiero darles un beso.
Pero os tengo a vosotros. espeor que todo os este yendo bien. Lo siento, no puedo extenderme mas, no me dejan meterme en el blog a menudo, y esta entrada me ha costado cuatro dias (repartidos en dos semanas). Asi que, amigos mios, desde la tierra de las damas que lloran, las colinas cantan, la suerte es pelirroja y puedes encontrarte a ti mismo, os manda un abrazo vuestro:
DCAC

sábado, 3 de julio de 2010

Au revoir, mes amis

This night, I going to leave Spain and, in the afternoon, I going to arrive.
Irlanda me espera. Si, me voy ya. Parto a la Isla Esmeralda. Me largo al país del leprechaun, a la tierra de los tréboles, al lugar donde nace el arco iris. Me voy lejos de todo lo que conozco, de todo lo que creía saber del mundo, ya que esta vez, voy con completos desconocidos. Ya he ido a Italia y a Londres, pero no era lo mismo: iba con gente con la que había compartido mi infancia y mi juventud, con gente que creía saberlo casi todo de mi, con gente que condicionaba mi modo de actuar con sus espectativas que degeneraban en un determinado trato. Ahora no.
Ahora voy a estar con gente que lo único que sabe de mí lo sabe gracias a banales comentarios en Tuenti. Me voy para ser quien quiera ser. Digamos que va a ser un ensayo de mi aparición en la universidad. Podré usar mi sentido del humor fluído que no me sale cuando hay gente que conozco pero que no confió en ellos, podré hacer lo qe quiera, comportarme como quiera...
Podré encontrarme. Al menos eso espero. Quiero por fin ser yo. Quiero abandonar esta incertidumbre que siento en mí, esta crisis de valores, de fé, de personalidad, de todo. Siento que el camino en el que tracé mi vida está cimentado en arenas movedizas. Ahora no me sirve de nada el andar con pies de plomo. Tampoco el correr erráticamente. Los lazos a los que me agarro se sueltan. Tengo que encontrar algo lo suficientemente duro. Y eso sólo puede emanar de mí. Tengo que echar raíces en algún sitio, sugetarme a algo fijo. ¡POR DIOS! ¡PERO SI ESCRIBO INDISTINTAMENTE CON CINCO LETRAS DIFERENTES! Y se supone la la letra marca la personalidad del individuo, por lo tanto, soy bipolar, o mejor dicho, pentapolar. Según he comprobado en las páginas de grafología, son elementos defensivos. Parece que aun quedaban rastros de las prisiones de cristal y plata bruñida.
Así que me voy. Viajo. Pero en todos sitios hay Internet, así que vosotros sereis lo que me ayudareis a no perderme en mí mismo, si no os importa.
Señores, me voy. Ya es la hora. La maleta me espera. Mi equipaje de mano. Se respira viaje en mi casa. Mi madre está estresada, y mi abuela nerviosa. Los besos se suceden sobre mis mejillas y mis brazos se aferran cómo serpientes alrededor de los cuerpos de las personas a las que quiero, para que sepan mediante un estímulo no verbal que los echaré de menos. Ahora me queda más de lo mismo. Me quedan unas pocas horas para salir, horas que dedicaré a despedirme de los míos. Por eso estoy aquí, porque vosotros ya sois de los míos.
Adios, o mejor dicho, hasta pronto. Escribiré en cuanto tenga un instante. Muchos besos a todos.
Gracias, os quiere:
DCAC