Buceadores en mi mare tenebrosum

jueves, 30 de julio de 2009

Por fin cumplo mi promesa

Y publico la entrada de cine que prometí a Elena.
Vamos a empezar por la entrada prometida, así que vamos con la que me dijiste, y despueste incluyo otras dos de mi cosecha:

SUPERCAÑERAS




Supercañeras es una de las películas más extrañas y divertidas que he visto. Pero, antes de nada, voy a poneros el argumento antes de caer en la tentación de empezar a hacer valoraciones:
St. Trinian's, la famosa escuela para “señoritas”, se enfrenta de nuevo a una crisis económica. El banco amenaza a la directora, Camilla Fritton (Rupert Everett) con clausurar el centro. Mientras, su poco ortodoxa doctrina de libre expresión y enriquecimiento personal también se encuentra en peligro por el nombramiento del nuevo ministro de Educación, Geoffrey Thwaites (Colin Firth). Aunque fue un antiguo amor de Camilla, en la actualidad el político está decidido a llevar la disciplina y el orden a la anárquica academia. Pero las chicas de St. Trinian's juegan en su propia liga; son listas, no le temen a nada y están dispuestas a defender la escuela que aman a muerte. Los clanes de chicas que hasta ahora estaban enfrentados deberán unirse y conseguir dinero rápido. La llamativa Kelly (Gemma Arterton), una de las cabecillas, une esfuerzos con la recién llegada Annabelle (Talulah Riley), sobrina de la directora e hija de un tratante de arte (tamién interpretado por Rupert Everett), para juntar a un variopinto grupo de profesores, el diabólicamente encantador Flash Harry (Russell Brand) y las resolutivas e implacables alumnas para cometer el robo del siglo.
Me ha parecido una obra loca y magnífica. Basada en los libros de Ronald Searle, se nos muestra un colegio en el que la autoridad es algo totalmente desconocido, las disputas entre las alumnas son más que habituales, hay un separatismo entre ellas según sus intereses muy parecido al que se nos muestra en las series y films de EEUU... Pero todo eso no importa cuando se trata de salvar el colegio, no por el apego que sienten hacia él, sino porque es el único centro que les permite ser ellas mismas, sin barreras ni reparos.
Cargado de un humor negro, como toda buena producción inglesa, es una pelicula entretenida, un poco dificil al principio, por mostrarse una composición argumental agreste y carente de equilibrio, con protagonistas desplazados a un segundo plano, pero que se arregla después de un tiempo, da como resultado una parodia disparatada y plagada de absurdos para la mente racional.
Es un film maravilloso que os recomiendo encarecidamente.
Vamos con el siguiente de mi habitual trio de ases:

HARRY POTTER Y EL MISTERIO DEL PRINCIPE




De nuevo, como todas las películas de Harry Potter desde la segunda (esta inclusive), es una película que, para una persona que no se haya leido los libros, es algo incomprensible. Se saltan trozos importantes y le dan importancia a otros ínfimos o incluso inventados para la ocasión. Pero vamos con el argumento, porque ya estoy dando lo subjetivo antes que lo objetivo:
Voldemort va tomando control tanto del mundo Muggle como del mundo de la magia, y Hogwarts ya no es el lugar seguro que solía ser. Harry sospecha que tal vez hasta el castillo sea peligroso. Dumbledore sabe que la batalla final se aproxima, y por eso quiere preparar a Harry. Con ese fin, Dumbledore busca la ayuda de su viejo amigo y colega, el profesor Horace Slughorn, que cree que tiene información muy importante. Entre tanto, entre las paredes de la escuela, los estudiantes se encuentran afectados por algo que siempre ataca a los adolescentes: las hormonas. Harry cada vez se siente más atraído po Ginny, pero eso también le pasa a Dean Thomas. Por su parte, Lavender Brown ha decidido que Ron tiene que ser para ella, ¡lástima que no contó con los chocolates de Romilda Vane! Y también está Hermione, hirviendo de celos, pero decidida a no mostrar sus sentimientos. Los romances florecen, pero uno de los estudiantes no se deja afectar por todo ello. El está decidido a salirse con su plan, si bien es un plan muy tenebroso. El amor está por todos lados, pero la tragedia se cierne sobre Hogwarts, que tal vez ya nunca será como antes.
La verdad, creo que es porque me he leído los libros a mi manera me parece algo... como decirlo... insustancial. Y es que yo a la hora de leerme los libros me salto el paso de leer la palabra, directamente convierto los caracteres en imágenes en mi cerebro. Así que creo mi propia película, que no coincide para nada con la del director (en este caso, David Yates). Pero de esta película guararé buenos recuerdos, pues fui a verla al cine de la ciudad más cercana a mi pueblo.
Bueno, después de este momento ego total, voy a mi particular crítica. Los efectos especiales son alucinantes. Ya te das cuenta justo al inicio de la película. El film continúa con ese ambiete oscuro y misterioso inaugurado por Alfonso Cuarón, y que Yates ya desmostró que conservaría en la anterior parte de la saga.
En cuanto a la trama, me faltan muchos datos importantes para el espectador, sobre todo en el campo de la sabiduría con respecto a Voldermort. Se ha centrado demasiado en las relaciones entre los personajes, sobre todo las afectivas, algo que está bien, pero no a costa de descuidar la comprensión de la historia.
Tampoco me ha gustado el final, pues ha desaprovechado las escenas en las que más podía lucirse con los efectos especiales. Estoy hablando de la guerra de Hogwarts, reducida a la nada. Pero el director se ha justificado diciendo que es para no aburrir ni ser repetitvo, ya que en la última entrega (dividida en dos partes, que se estrenarán, según noticias recientes, el 19 de noviembre de 2010 y el 15 de julio de 2011 respctivamente) habrá una gan batalla en el colegio.
Otra cosa del final que no me gustó fue el entierro (no diré de quien, por los que no se han leido los libros ni visto la película), que es algo emotivo, pero es demasiado soso, más aun si se compara con el del libro.
En resumen, ved la película si quereis, pero si lo que quereis es disfutar de verdad, LEED LOS LIBROS. Yo no he podido resistirme y los estoy leyendo por 10211036812ª vez.

LA NOVIA CADAVER



Como habeis visto en el trailer, es del genial Tim Burtom. Y como en casi todas sus producciones, cuenta con sus dos actores fetiche, y lo veo lógico, porque los adoro. Son, cono no, Johnny Depp y Helena Bonham Carter. En este caso cuenta con ellos para que pongan las voces a la versón inglesa. Y, si te fijas en la cara de prota, le ves un aire a Eduardo Manostijeras, no se si me entendeis.
De nuevo una animación de plastilina, como Pesadilla antes de Navidad, pero esta me ha parecido mil veces mejor. Es una historia bonita y divertida para cualquier edad, aunque tal vez sea un poco, digamos... terrorifica para los niños menores de 7 años.
Vamos con la sinopsis:
Ante un matrimonio de conveniencia que unirá la sangre de los enriquecidos burgueses Van Dort y de los paupérrimos aristócratas Everglot, los novios, Víctor y Victoria, frustrados por no haberse visto jamás, la víspera de su boda sentirán el flechazo de un amor a primera vista. Habian sido prometidos por sus padres en cuanto se ven se enamoran, pero Víctor atacado por los nervios en el ensayo pre-boda, no consigue pronunciar sus votos, acaba quemando el vestido de su futura suegra y sale corriendo hacia el bosque. Allí empieza ensaya los votos y acaba colocando su alianza en lo que resulta ser el dedo del cadáver enterrado de una joven novia que fue asesinada por su prometido que la engañó para robarle las joyas y dinero familiares. Tiempo después Victor al verse en un apuro va al mundo de los muertos a vivir con su ahora esposa, mundo en el cual ve las diferencias entre el mundo de los vivos y los muertos. Al regresar Víctor al mundo real con su verdadera prometida, se va dando cuenta que en realidad siente algo por Emily y quiere corresponderla.
Una historia del amor más allá de la muerte, una historia del amor más grande, de traiciones, de desdichas, y, a pesar de ello, divertida. Sutil. Merece le pena verla.


Siento no haber actualizado hasta ahora, pero he estado ocupado, entre otras cosas viendo películas. Además, tengo el estado de ánimo un poco plof.
Espero leeros pronto. Un beso y un abrazo:
DCAC

viernes, 24 de julio de 2009

La segunda parte de mi absurdo relato

Pero antes, y como dice la mítica canción de mis admirados ABBA, I want to say thank you (Quiero dar las gracias). Gracias Caperucita, gracias Lucía, gracias Elena, gracias Gildardo, por apoyarme con mi entrada pasada, y gracias a todos y cada uno de vosotros que me apoyasteis con las anteriores: gracias Arual, gracias Sophie, gracias Agustín, gracias Mel, y gracias de nuevo a vosotros cuatro. También os doy las gracias a vosotros, personas anónimas que os solidarizais con mi causa u os interesais por mi.
A pesar de que sigo con una depre prestada, por lo menos estar en "la luz" la hace sostenible y me permite ponerle buena cara al mal tiempo (si es que se puede llamar mal tiempo al tsunami emocional que me arrolla a diario). Pero creo que es una cuestión de defensas bajas, así que se me pasará, como siempre, y lo hará más rápido si mis amigos alcanzan la normalidad en sus vidas cuanto antes. Es lo que tiene que tu vida privada sea tan minúscula, que sientes la necesidad de ayudar a los demás en tu tiempo libre, y, como veo los problemas de cara (literalmente) pues me preocupo. Pero bueno, no es mi vida, así que tengo que dejar de hablar de ello.
Así que voy a hacer la segunda parte de un reato que iba a empezar y a terminar en una entrada, pero, como me ha pasado más veces, la protagonisa me ha llamado y me ha recriminado que la hubiese avandonado a su suerte, así que me he visto en el deber de recogerla. Se que os parecerá estúpido esto que digo, pero es que mis personajes me persiguen cuando estoy pensando en cualquier cosa, o cuando estoy soñando, pues irrumpen en mi mente mostrándome como contiuará su historia. Yo simplemente soy como el Hada Madrina de Cenicienta, ayudo a que los deseos se hagan realidad para ayudar, en este caso, al amor verdadero. Vamos a ello, pero una advertencia, de nuevo estoy impovisando, así que perdón por la mala calidad.


"Aquel alma me besaba con cada fibra de su ser, que en ocasiones se confundía con el mío. Eramos dmasiado parecidos, demasiado iguales, demasiado perfectos, tal para cual. Su esencia se unió a la mía, íbamos a pasarnos así para siempre hasta que...
Dana me despertó saltando sobre mi. Sobresaltada, me incorporé de mi cama, sintiendo aterrada el peso de mi envoltura carnal. Aparté a la gatita tiernamente de mi lado y me levanté poniéndome unas chanclas de tiras de cuero que usaba para los verano (a pesar de que oficialmente el estío no llegaría hasta dentro de un mes y medio) en casa de mi abuela, y me acerqué a la ventana de mi habitación. Desde ahí contemplé el paisaje primaveral del bosquecillo de pinos, de las verdes praderas, de las pequeñas florecillas silvestres y del bonito jardín de mi abuela. Estoy de nuevo en la tierra. Ese pensamiento me hizo recordar el sueño del que acababa de despertarme, y la esperiencia bajo el sauce.
Ahora, bajo la luz de una clara mañana, bajo el influjo de una mente sobria de agonía, bajo la tutela de un alma cicatrizando de las heridas, me sentí dudar de todo.
Había sido sólo un sueño. Mierda. Me dije a mi misma, estúpida mil y una veces por permitir ilusionarme. Por suerte, la terapia de llanto y depresión del día anterior no dejaban a mis lágrimas escaparse de mis ojos, así que no tendría que escaparme de nuevo ese día para ir a llorar al claro sin preocuopar a mi abuela.
Pero aquel recuerdo del sueño seguía atacandome. Sentía cada caricia, cada beso, cada vez que nos confundíamos el uno con el otro... Por más que intentaba desterrar el recuerdo este´volvía a atormentarme.
Maldecí por lo bajo al amor por atreverse a atacarme.
-¿Que te he hecho? -pregunté mirando al cielo, hablandole a cualquier divinidad que me escuchase. Hasta ese momento no había creido en nada, o, mejor dicho, creía en todos los dioses que me presentaran, el caso era que alguno de ellos me oyese-. ¿En que he podido ofenderte? ¿O es que no estoy hecha para el amor? Entonces, ¿porqué me has dado un corazón? No lo quiero, llévatelo, si quieres hazlo conjuntamente con mi vida.
La única lágrima que me quedaba resvaló por mi mejilla, perdiéndose bajo mi barbilla. La sensación fría de la gotita de agua me despertó de mi oración sin nombre, y me di cuenta de que Dana estaba bajo mis piernas, frotándose contra ellas para atraer mi atención.
La cogí tiernamente y me senté en la mecedora para acariciarle el lomo. Ella ronroneó tiernamente y me acarició con su cabecita mi mano, como si intentara consolarme del mal que se cernía sobre mí. Entonces la achuché contra mi, sintiendo su suave pelaje gris contra mi cara, y, repentinamente, me sentí mejor.
De repente, un olor a té atravesó a través del biombo de mimbre que servía de separación entre mi habitación y el pasillo. de repente recordé que no comía desde hacía más de un día, desde el desayuno del día anterior, así que, sin soltar a la gatita, atravesé el pasillo hasta llegar a la cocina. Era una sala enorme, una cocina de aspecto antiguo con una enorme chimenea (que mi abuela llamaba "chimenea de matanza") presidiendo la pared más grande, que es la que estaba a la derecha de la puerta. Una encimera de marmol blaco más alta de lo normal y también más ancha hacía a cada uno de los costados de esta chimenea, y recorría todo el perímetro de la cocina, interrumpindose para dejar paso a la puerta. Bajo ella había unos enormes muebles de madera de nogal español, envejecidos con betún de judea, y cuyas puertas tenían en medio una aclta ventana de cristal cubierta por un visillo. Eran unos muebles tan grandes y había tantos para poder llenar la inmensa cocina, que no hacía falta que ningún mueble o estantería colgara de las paredes pintadas de amarillo claro, que estabam repletas de láminas de toda clase, desde fotografías de cuadros con bodegones hasta láminas en blanco y negro de una calle londinense de principios del siglo pasado, pasando por paisajes de todos los rincones del mundo o por láminas de flores.
Frente a pared de la puerta, había tres ventanas que nacían a pocos centímetros de la encimera y se elavaban hasta la alta bóveda del techo. Frente a la ventana central, de espaldas a la puerta, mi abuela preparaba otra taza de té para ella misma.
Mi taza estaba sobre la enorme mesa que habia en el centro de la cocina. Era una taza de té negro, unos huevos revueltos con bacon y un par de tostadas con mermelada. A pesar de llevar en España más de 20 años, aun no avandonó esa costumbre del desayuno fuerte.
Mi abuela era escocesa, si piel blanquísima y su marcado acento la delataban, pero había vivido en Londres desde los trece, cuando su padre se mudó a esta ciudad para trabajar. Desde pequeña supo salir de todos los conflictos de su vida, y terminó estudiando antropología en la universidad. Se casó por el juzgado al terminar la carrera con un chico irlandés, mi abuelo, con el que tuvo a mi madre. Mi madre vino a españa a los 23, durante su último año de filología hispánica, y durate esa estancia conoció a mi padre. Al final se quedó aquí, y al poco tiempo se casó con mi padre. Me tuvieron a mí, y, cuando tuve tres años, mi abuelo murió, y mi abuela decidió trasladarse a España para no estar sola.
Me había contado la versión estendida de esta historia tantas veces que ya era capaz de relatarla de memoria. Simpre estuvo obseionada con los orígenes, las raices, la historia...
-¿Vas a quedarte en la puerta o vas a entrar a desayunar de una vez? -preguntó tiernamente mi abuela, sin ni siquiera volverse para mirarme. Me exasperaba que hiciese eso.
Me acerqué y ella se volvió justo antes de que yo diese el último paso para acercarme a ella. Nos dimos la una a la otra un beso en la mejilla y ya me fui a mi sitio a comerme mi desayuno.
-¿Que tal has dormido, querida? -me preguntó de nuevo dándome la espalda.
-No muy bien -le contesté, dejando a Dana en el suelo para que también comiera, en este caso de su plato de pienso que estaba en una esquina que la chimenea formaba con una de las encimeras.
-Amelia, te he dicho una y mil veces que tienes que tomarte alguna infusión relajante antes de dormir, o dejar el té. No es bueno para tu sald dormir tanto.
-Abuela, sabes que las plantas no me hacen nada. Y en cuanto al té, ni loca.
Mi abuela se acercó a mi con una taza de té verde en las manos, y se sentó en una silla a mi lado
-¿Sólo vas a comer eso, abuela? -le pregunté preocupada, mietras mordía mi tostada de mermerlada.
-No te preocupes por mi, que ya soy mayorcita. Hablemos de ti: ¿que es lo que viste bajo el sauce?
La impresión hizo que casi me ahogase con el trozo de tostada. Después de haberme pasado casi tres minutos atragantándome, mi abuela se me quedó mirando. Aun con gruesos lagrimones recorriendo mi cara (fue un consuelo saber que no se me habían agotado todas las lágrimas), le pregunté a caballo entre asustada y extrañada:
-¿Por qué preguntas eso? ¿Que es lo que voy a ver? Simplemente estuve durmiendo, te lo dije, abuela.
Hablé tan atropelladamente que, aunque mi interlocutor no me conociera tan bién como lo hacía mi abuela, hubiera sabido perfectamente que mentía.
-Hijita, a mi no me engañas -dijo mirándome con ternura. Yo no sabía como actuar. Una vorágine de sentimientos: alegria por la esperanza d que fuera verdad, miedo porque lo sabía mi abuela, incertidumbre sobre cómo lo sabía... Empecé a respirar entrecortadamente, así que ella volvió a hablar-. Está bien, si no quieres hablar, lo haré yo primero. Ya sabes la historia de tu familia, es hora que te cuente la historia completa de la mía. Ya eres lo suficiente mayor para ello, me da igual lo que diga tu madre.
La miré con los ojos abiertos como platos. ¿Acaso le quedaba algo por contarme? Sabía toda su historia desde que sus padres se mudaron a Londres, ¿hasta dónde llegaba el conocimiento de mi abuela?
-¿Acaso sabes por qué se llama así Dana? -preguntó con tono misterioso.
Mi mirada se desvió a la chimene, bajo la cual descansaba el cogín donde la gatita estaba recostada, y miraba con una curiosidad más humana que gatuna a mi abuela, como si hubiese escuchado pronunciar su nombre ¿Que tenía que ver una gata en todo esto? ¿Que era lo que me ocultaba mi abuela? Sabía que las respuestas a las preguntas no estaban en mi interior, pero por un momento, me pregunté si quiería saberlas. Desvié mi mirada hasta la ventana central, y contemplé el estanque lleno de flores que había sobre una elevación del terreno frente a la casa, y me perdí en el agua.
Me encantab hacer eso. El agua era para mi como una puerta hacia otra realidad. Ahora sabía que se podía huir a otra realidad sin necesidad del agua, pero aun así, este elemento seguía teniendo sobre mí un iflujo místico.
Antes, cualquier mal era curado por una ducha, o por un baño en una piscina, pero todo el efecto sanador del agua se eliminaba cuando el fludo dejaba de resbalar por mi pelo, por mi frente, mis mejillas, mis ojos, mis labios...
Me perdí en las ondas de agua, provocadas por el viento, que mecía tiernamente los nenúfares y otras plantas que mi abuela tenía sembradas en el estanque. Imaginé que el agua fluía a través de mi cuerpo, que mi pelo era una de aquellas maravillosas rosas de Venus, y mi cuerpo uno de los nenúfares de los que germinaban. Entonces, como si me hubise transportado y ocupado el lugar de una de aquellas plantas, y todas mis preocupaciones fuesen menores, o mejor dicho, que mi mente y mi espíritu fueran más grandes y las albergaran mejor.
Aquella sensación no era, ni por asomo, igual a la que sentí el día anterior. Era más moderada, pero, aun así, poderosa. Aproveche esta circunstancia para plantear mi pregunta: ¿queria que mi abuela complicase mi vida con una nueva revelación? ¿Acaso no tenía suficiente? ¿Por qué tenía que interesarme una historia que mi madre no quería que supiese? Pero hubo una imagen que respondió a todas mis preguntas: la imagen de mi alma gemela.
Poco a poco, salí de mi evocación de la regeneración del agua, y moví lentamente mis ojos para sumergirme de nuevo en las más bellas, heladas y claras aguas que había visto en mi vida: los ojos azul plata de mi abuela. Su mirada limpia y pura estaba esperando mi decisión.
Me sentí repentinamente desnuda, cuando mi abuela atravesó mis ojos para inspeccionar mi alma. Desde niña me impresionó esa capacidad que tenía para saber lo que pensaba, y a pesar de que yo me había vuelto en apariencia más ferrea, a pesar de que mi corazón se había helado a causa de la traición y descongelado a causa del amor antas veces que había empezado a pudrirse y congelarse de nuevo, a pesar de las enormes corazas de entereza que me habían costado años levantar, mi abuela era capaz de saber lo que me pasaba como el primer día.
-Amelia, la historia de mi familia se remonta a tiempos que la memoria no es capaz de atisbar y, a pesar de eso, la sabiduría ancestral se ha mantenido intacta con el paso de los años. ¿Sabes por qué se llama así Dana?..."


Siento haber tardado tanto en publicar, pero es que llevo tres días con esta entrada. He tenido que ayudar a mi abuela con la limpieza, y a eso se ha sumado que se me ha atragantado la entrada. Se que esta parte del relato ha quedado totalmente insustancial y aburrido, que no dice nada nuevo, pero pensad en el como en un relato de transición hacia otros ligeramente más entretenidos, pero nunca he sido bueno con eso del entretenimiento. Me he estendido bastante (en realidad, demasiado; lo siento, pero acabo de darme cuenta), así que solo quiero mandaros un fortísimo abrazo a todos, y daros las gracias nuevamente, y deciros que si necesitais algo, sabéis dónde encontrarme.
Siempre vuestro:
DCAC

sábado, 18 de julio de 2009

Esto me pasa por hablar

Por presumir de que, por el momento, todo me estaba yendo bien. Desde el martes, mi particular santoral me ha atacado como si de la Semana Santa se tratase. El martes fue un día off cualquiera, sin ser demasiado fuerte como aquellos que tenía cada martes en época escolar.
El martes se combinaron el día espeso con el existencialista, es decir, que me dio la necesidad de reflexionar acerca de mi vida en un día en que mi pensamiento había una densa cortina de niebla que no me permitía seguir mis ideas. Pero saqué algo bueno de todo ello: las reflexiones me probocaron dolor de cabeza, el dolor de cabeza enfado, el enfado desembocó en frustración, la frustración acentuó aun más el dolor de cabeza, lo que me emcerró en un aislamiento para vencer la aversión sónica que mi cerebro creó, esto me provocó un poco de depre, y esta estuvo a punto de arrastrarme a la "estrategia del pozo", así que para evitar usarla tuve que mantener la mente ocupada y, ya e paso, efectuar una nueva autoevalución personal, y (por fin acao esta retaila de idioteces que seguro que no os interesan) descubrí los factores que provocan todas mis depres. Los he bautizado como los seis pilares del miedo, pues son como los seis conceptos que sujetan mi jaula en medio de un mar negro y profundo. Son mi cárcel y mi salvación, pues, si se desmoronasen, moriría ahogado en mí mismo. He nacido en ellos, así que son pare de mi. Son como el color del pelo, no puede cambiarse, puede ocultarse, hasta que, en la vejez, el color se pierda, pues todos los miedos habrán desaparecido para dejar paso a una mente y un espíritu lo suficientemente libres para asimilar la cercanía de la muerte.
Pero por lo menos si los tengo identificados me resultará más fácil lidiar con ellos. Según he comprendido, creo que son: el miedo a decepcionar a mi familia, el miedo a perder a mis amigos, el miedo a no poder enamorarme, el miedo a ser como soy y que no me gute, el miedo a la soledad y el al fracaso.
Partiendo desde ese punto espero que todo vaya bien a partir de ahora, pues si conoces cuales son los motivos de un mal del que antes creías que aparecía sin motivo, el control se te hace más fácil. Ahora tengo más motivo que mi extrema sensibilidad para explicar el por qué de que me afecten tanto los problemas de mis amigos: casi todos los problemas de todo el mundo atacan a uno de los ambitos a los cuales pertenecen cada uno de mis pilares.
Seguité con mi santoral: el jueves tuve el día sensible y un preludio del día sensitivo que me atacó al día siguiente. Pero no adelantemos acontecimientos. El día sensible es uno de los que más me gustan, pues me permite relajarme (pues me agiliza la escritura, hace que sienta más dentro la música, me emociona más la lectura, retengo más de cada uno de los detalles en el cine, capto cada mínimodetalle de la escultura, estoy más receptivo ante cualquier elemento del teatro o la danza, veo cada proporción ínfima en la arquitectura, me centro en cada contraste, luz y sombra de la escritura... pero a veces es demasiado) y me permite agilizar en mi labor maniática de mantener todo lo que hay a mi alrededor a mi escrutinio para evitar que nada me sorprenda. Ya os avisé de que soy maniático y no me gustan los cambios. Si le sumas el día sensitivo, es todo un avance. Creo que aun no os he presentado a mi día sensitivo. En ese día toda conjetura que quieras hacer te sale de la forma más rápida y acertada posible. Es el día que aprovecho para atrar los cabos que recojo del día sensible, lo que da como resultado es un escrutinio perfecto de la situación.
Lleguemos al viernes, porque me estoy estendiendo bastante con mi aburrida vida. Bueno, el caso es que el viernes tuve el día sensitivo con una ligera contaminación por el día sensible anterior. Así que me dediqué a atar cabos mas profundamente hasta que una nueva cefalea me atacó de sopetón. Pero, por suerte, algo entró en mi vida. Por la noche fui a ver un espectáculo que me quedó vibrando durante toda la noche. Combina la danza, el teatro, la música en directo, acrobacias, piotecnia, vestuario estrafalario, zancos, unas voces bellas, mitilogía y alegorías paa dar lugar a una orgía de sensaciones imposibles de describir. Cada movimiento se hacía sentirme como si pudiese despegar del suelo. Fue una experiencia alucinante.
Y hoy... es el día de la vuelta a la calma. Bueno, el primero por lo menos, ya que oscilan entre el día y los cuatro días.
Por eso tengo que aprovechar hoy para escribir y deciros así que estoy vivo y que estoy aquí para lo que necesiteis. Muchas gracias por leerme, y muchas gracias a Caperucita por haberme dado un premio en su blog.
Espero leeros pronto, desde aquí os manda un fuerte abrazo nuestro amigo:
DCAC

martes, 14 de julio de 2009

Una semana sin escribir, lo siento

Pero esque necesitaba estar unos días conmigo mismo, evaluándome. Además, no tenía nada que escribir, pero si mucho que leer. Por ejemplo el fantástico blog de Agustín, mi nuevo seguidor y marido de Elena, un bombero con unos principios e ideas que sabe defender de una manera impecable y que cuenta unas experiencias sobrecogedoras (guerra de Bosnia). Así que, como he hecho otrás veces, he de recomendaroslo sinceramente.
En cuanto a mi... Por el momento estoy igual. Pero prefiero no pensar mucho en ello, porque hoy he ido al médico por los problemas de estómago que os comenté en las entradas pasadas, y me ha dicho que es algo psicológico que va a acompañarme toda mi vida, y ahora que no tengo estrés escolar, me ataca por el cambio tan brusco entre la vida de nerviosismo y la de total tranquilidad. Y si además encuentro un bache, es normal que me ponga peor. Así que, si es psicológico, dejemos mi preocupado cerebro al margen y cortemos el pensamiento rumiativo.
En esta semana no ha habido ningún sobresalto, simplemente me he estado explorando, sin presionandome, ni pensando en como reaccionar ante que situación, nada, simplemente navegando por el mar de ideas de mi mente, y el plateado hilo de sentimientos que se filtran a través de los muros y los sillares de la torre y las murallas de mi corazón, y he mantenido una interesante Mesa Redonda en la que participabamos Yo, Mi Mismo, Conmigo, En Mí y Tan Sólo Yo.
No he llegado a ninguna conclusión, pero no es malo hacerse un chequeo a uno mismo de vez en cuando, y buscar así algún conflicto sin resolver, es más, es bastante saludable.
Así que, como comprendereis, esta semana no tengo mucho que contaros, pero quería haceros saber que sigo bien, y estoy aquí para lo que queráis.
Espero escribiros pronto, pues, además, le tengo prometida a Elena una nueva entrada de cine, así que publicaré cuando tenga tiempo de verlas.
Sabeis que estoy aquí para lo que querais. Espero escribiros pronto, y, como no, también leeros pronto. Un cálido abrazo de vuestro amigo:
DCAC

lunes, 6 de julio de 2009

Hola a todos, amigos y amigas

Si, lo sé, perdonad por las libertades que me tomo, pero, ¡al cuerno! Sabéis tanto o más sobre mi vida que muchas de las personas a las que conozco desde hace años, así que creo que puedo consideraros eso.
Espero que este fin de semana se os haya pasado lo mejor posible. Yo... no me quejo. El relato me descargó de todo lo malo que habita en mi durante un día y medio. Es alucinante como la escritura o la literatrura salen a socorrerte cada vez que las llamas. Para mi el hecho de escribir (y terminar) un relato es la cosa más maravillosa del mundo.
La verdad, no me había dado cuenta hasta ahora lo balsámico que es escribir contra la depre semanal, y eso se debe básicamente a que últimamente me estoy centrando en proyectos a mayor escala, o dicho más claramente: proyectos de aspirantes a aprendices a amagos de pseudo-novelas (porque mis escritos no mercen una calificacion mayor). Así que como estaba demasiado mal para hacer algo más de una o dos páginas , y eso en mis espectativas de hacer algo de más de 100 no entra para nada. Y como un nuevo proyecto me absorbe hasta el puto en que no puedo enfrascarme en ninguno de los otros relatos cortos y obras de teatro que hay en mi lista y que me proporcionaría la satisfacción momentanea que tanto me gusta. Así que, ya que he encontrado la manera de huir, me parece que tendré mi imaginación trabajando a mil por hora para mantener mi depresión a raya cuando ataque.
Pero eso es más o menos fácil (y espero que noteis el tono sarcástico de mi voz): simplemente ha que hayar un personaje maravilloso, una historia entretenida y misteriosa, un periodo histórico y un lugar determinados, y, como no, dotar a ese personaje de un entorno que potencie de una manera u otra el camino que debe tomar el personaje. Porque ese es el secreto de mis mejore relatos, no forzar al personaje a seguir un camino que tu esperas. Simplemente debes ponerlo en la entrada y confiar en que el siga el camino que le tienes destinado. Pero, muchas veces, si no lo tientas y lo dejas ir al lugar donde quiere ir descubres que el relato termina mejor de lo que cabría esperar. Yo digo que escribir un relato es como pasear un perro por un barrio conocido: el protagonista tiene que tener la suficiente libertad para andar por donde quiera sin presiones, yendo lo suficientemente rápido como para que no sienta la tensión de su cadena, para que se sienta libre, pero teniendo en cuenta que tienes que tener la suficiente fuerza y estar lo suficientemente alerta para darel tirón que sería necesario para que no se escape ni huya de la situación.
Bueno, basta ya por hoy de dar consejos siendo un novato sin talento. Es hora de despedirme, pero antes, quiero recomendar el blog de Sophie, una nueva seguidora, un blog cargado de sentimiento que me hizo sentir muy identificado.
También quiero dar las gracias a Arual y Sophie por sus comentarios, y, Sophie, si necesitas alguna aclaración acerca del relato, dime cual es la parte más borrosa e intenataré explicara, porque he de reconocer que la protagonista hace cosas muy raras. Y lo mismo va por los demás, si necesitáis alguna aclaración, hacedmelo saber.
Un abrazo a todos, y, si necesitáis algo, sabeis donde encontrame. Se despide:
DCAC

viernes, 3 de julio de 2009

Y llega el momento de mi primer y absurdo relato en el blog:

Pero antes de empezar, quiero rcomendar un nuevo blog que he descubierto, pues pertenece a un nuevo seguidor, mi primer seguidor masculino: Gildardo. Os lo recomiendo encarecidamente, pues plantea definiciones muy interesantes sobre temas tan complejos como la Soledad, y tiene un gusto musical bastante refinado.
Ahora vamos a lo que os prometí en el título, pero antes, advertir que estoy improvisando un relato, y, como siempre, no tengo ni idea de por qué caminos me arrastrará la personalidad de la protagonista, así que he de pedir disculpas si no está muy trabajado, y si lo que sale de aquí no es de vuestro agrado. Vamos a ello.


"Mi cuerpo se guió por el instinto cuando mi mente lo abandonó para enfrascarse en sus propias reflexiones. Reflexionaba acerca de todo: por qué yo, por qué a mí, por qué no, por qué así, por qué... Por qué... Por desgracia todo fueron preguntas, una tras otra, una duda tras otra para inundar mi alma de confusión, de unas ígneas lenguas que lamían las paredes de mi mente, las corazas de mi corazón, las fronteras de mi consciencia y mi conciencia... Todo mi mundo como lo conocía se derrumbaba sobre mí como el Coloso sobre el puerto de Rodas tras el terremoto del 223 a.C.
Entonces, fue mi cuerpo el que decidió caer como respuesta a las sacudidas interiores de las que mi esencia era protagonista. Y quedé ahí, tirada sobre la suave hierba, bajo aquel enorme sauce llorón que, a pesar de su tamaño y su forma, siempre quedaba eclipsado por los gigantescos piños piñoneros que se aglomeraban a su alrededor, intentando ocultarlo y a la vez evitando acercarse, como si de un leproso se tratase. Creo que por eso mi cuerpo eligió ese lugar. Era mi igual, me sentí identificada con ese árbol, y creo que fue por eso por lo que no hice el esfuerzo de tomar el control de mi cuerpo, sino que le dejé acomodarse sobre el verde y mullido lecho que se extendía debajo y alrededor de mi cuerpo hasta donde las sombras oscuras y las agujas de los magestuosos árboles conseguían ocultarla de mi vista.
Relajé mis brazos y los situé separados de mi torso, dejando que la suave brisa moviese el follage y me hiciese cosquillas en las llemas de los dedos. Ahora si quise recuperar mi cuerpo.
La hierba me arrullaba, y el sol, que ahora estaba en el cenit, sucaba cada centímetro de mi piel con sus suaves y cálidas caricias, que las hojas del sauce tamizaban y mecían.
Me dolía abrir los ojos, pues los tenía secos por la falta de todas las lágrimas que de ellos habían brotado en la última hora. Así que los cerré, haciendo expandirse a mis otros sentidos, como si me hubiese quedado ciega. Olía cada uno de los aromas que inundaban el ambiente: la frescura de la hierba, la tierra mojada por arrollo que fluía cantarinamente entre la oscuridad de los pinos, el olor de las agujas de estos, la resina, las plantas aromáticas, las flores, los arbustos, mi angustia, mi sufrimiento, mis anhelos... Mi gusto estaba totalmente contaminado por el olfato, experimentando cada uno de los aromas en mi boca, que sufría un placentero colapso de sabores que nunca antes había experimentado. Mi piel sentía cada vacilar de las briznas de hierba por efecto del aire, cada oscilación en las hojas de las margaritas a causa del peso de un insecto, casa leve cambio en la dirección del viento, cada lujuriosa caricia de los rayos del sol, que se desprendían de su padre convirtiendose ahora en mi consuelo y mi martirio, por ser tan diferentes a mi propia esencia y torturarme con ello.
Pero el que en realidad experimentaba un éxtasis era mi oido. Era capaz de escuchar la hierba quebrándose, los roedores pisoteandola entre las sombras, los trinos de los pájaros, el agua cantando mientras fluía, el viento silbando entre los árboles y en lo alto de la serranía cercana, el sonido de la sangre agolpándose en mis sienes, el latido mi corazón... Era capaz de hacerme una imagen del mundo que me rodeaba. Pero, poco a poco, mis pensamientos consiguieron escapar del cerco en que los había recluido, invadiendome de nuevo.
Entonces fue cuandola situación fue insoportable: las sensaciones (tanto buenas como malas) me bombardeaban desde fuera, desde dentro, desde ninguna parte, obligandome a recordar que estoy viva, que recuerdo, que busco, que huyo... Y sólo pude desear salir. Y lo hice. Me desdoblé, salí de mi cuerpo, lo dejé atrás, respirando, mientras mi alma, mi ser, mi esencia surcaba el universo huyendo de mi propio soporte material, pues mi mente expandida era capaz de soportar mejor todas y cada una de las sensaciones.
Repentinamente sentí como tiraban de mí. Intenté evairme de ese tirón que ponía fonteras a mi recién recuperada libertad. Creí que era mi cuerpo, e intenté luchar, pero aquel tirón era demasiado fuerte, pues provenía de una parte desconcida de mi alma. No me dejé llevar, pero fue como si lo hubiese hecho, pues cada girón de la masa informe de suave neblina de existencia qué era ahora iba alegremente, casi desesperadamente, al encuentro de aquella misteriosa llamada.
Me obligó a bajar, a descender hacia el mundo materia, a ver todas las esencias atrapadas en sus cuerpo de carne, de tierra de olvido, como la llamaron los cátaros. Eran figuras en movimiento, sin rostro, sin más sentido que albergar el alma hasta que llegara madura al final de la existencia. Desde ese punto de vista no había países, no había diferencias, solo diversidad, una diversidad de almas encerradas en una diversidad de cuerpos, pero el envoltorio no tenía sentido. Solo el alma, un alma que buscaba desesperada a otra con la que compartir su vida, y que compartiera su vida, y más tarde su eternidad, sin importar nada más,y menos aun su soporte.
Fue entonces cuando me di cuenta del origen de la llamada. Su esencia se transparentada a través de su cuerpo carnal, como si esta estuviese intentando abandonarlo. Y lo hizo cuando este se acostó y durmió. Era él, aquel desconocido al que, sin embargo, conocía mejor de lo que me conocía a mi misma No me había llamado él, al menos no sólo él, pues yo también lo había llamado.
Simplemente viendo el "color" de nuestras almas se podía adivinar que estabamos hehos el uno para el otro, pues cambiaban, vibraban cada vez que nos acercamos.
Ambos recorrimos el extraño camino que nos separaba, abrazándonos y fundiendo nuestras esencias, que ya se conocían. Hablamos sin necesidad de palabras, ni de gestos, simplemente hablamos con el puro sielencio de nuestra hermandad, de nuestro amor.
Me sentí nueva, realizada, y sentí como el también se sentía igual. Todo era perfecto, por fin era yo, por fin pude encontrarme en la otra persona, completándonos mutuamente, sintiendonos a la vez juntos y separados, sintiendo que ya no había nada, ni tiempo, ni espacio, ni realidad, solo la Nada... y nosotros.
Pero entonces un nuevo tirón me separó de él. A este mi esencia si que reacionó mal. Intentando por activa y por pasiva mantenerme junto a él, fundirme a su propia esencia aun a riesgo de perder mi existencia, y el intentaba hacer lo mismo.
Entonces regresé a mi cuerpo y me levanté bruscamente, sobresaltada. me di cuenta de que no era el sol el que acariciaba mi cuerpo, sino que era una dama de ojos de niebla, sonrisa de plata y una cara enmarcada en unos cabellos de luz blanca. La Luna era ahora quien me acariciaba, pero de manera maternal, a través de toda la tierra bajo sus dominios, mientras el sauce se mecía suavemente dando honor a su nombre, pues parecía llorar sus hojas bañadas por la Dama Blanca. Me levanté con mi cuerpo entumecido por la falta de movimiento y el frío, causado por el rocío y por la humedad de la pequeña rivera. Llegué dando tumbos a la casa de mi abuela, que me esperaba nerviosa en el umbral de la puerta. Respiró tranquila al verme:
- ¿Dónde has estado? ¿Estás bien?
- Tranquila abuela -le di un beso en la frente y, soprendentemente, un par de hoyuelos aparecieron junto con su sonrisa en su cara surcada de profundas arrugas. Entones me recordó a la luna que me había acompañado esa noche, con su cara arrugada, con su clara y amorosa sonrisa, y su cabello enmarcado de blanquísimas canas-. Me quedé dormida en el claro del sauce.

Ella me miró, y misteriosamente pareció compender que no me había dormido y que tenía más motivos que nunca para vivir y ser feliz. Ahora lo tenía claro. Recorrería el mundo hasta encontrar a mi alma gemela, porque sabía que existía, que me esperaba, que no era feliz, y que toda una vida buscando era un precio muy bajo en comparación con la felicidad del amor correspondido."


Bueno, al final no ha quedado demasiado mal. Me voy, pero antes, daros las gracias de nuevo y mandaros a todos un abrazo. Se despide:

DCAC

jueves, 2 de julio de 2009

Quiero dar las gracias, pedir disculpas y apelar a la calma:

Y estoy mejor, y es en parte gracias a vosotros. Elena, Caperucita, Lucía y todos aquellos que habeis leído mi blog ayudándome a desahogarme en vuestros cálidos hombros. A todos aquellos que seguis mi blog, gracias. A todos aquellos que lo leeis anónimamente gracias. A todos aquellos que lo leereis gracias. A mis amigos que están a mi lado gracias.
También quiero pedir disculpas a todos aquellos a los que he asustado o preocupado: os lo agradezco, y siento haberoslo hecho pasar mal, sobre todo a ti Elena, que creiste que iba a hacer una locura.Te pido disculpas, pero también te gradezco sinceramente tu preocupación.
También quiero hablaros (y recomendaros) tres blog maravillosos: el de Mel, el de La Caperucirta que se comió al Lobo y el de Lucía. Tres maravillosos blog de tres chicas maravillosas con tres estilos completamente diferentes: la desenfadada Mel, la romántica Caperucita y la poética Lucía. Y por supuesto, los ya recomendados blog de Arual y de Elena, mis primeras y queridas seguidoras. Un beso desde aquí a todas vosotras.
Y ahora llega el momento de hablar de mi. Yo... estoy mejor. Además del ánimo que vuestros comentarios han insuflado a mi alma ayer marchita, parece que el péndulo en el que está sujeta mi vida ha vuelto a oscilar al lado en el que el suave calor del sol del amanecer es capaz de acariciar mi cara. Y es que mi vida es así, dual, sujeta al péndulo del reloj del tiempo (espero que largo) que me queda de vida, llevándome eternamente de la luz del sol o de la luna, a la oscuridad asfixiante de un agujero negro. Las cosas buenas y malas son inevitables y además necesarias, como ya dije en una de mis entradas en lo referente al amor y al odio. Es más, cuando estoy a la luz de mi vida lo soporto con una facilidad relativa, a veces mayor a veces menor, pero, aun así, era facilidad. Pero cuando paso a las sombras es otra historia. Todo es dificil, desde tragarte con buena cara una comida que no te gusta, o saludar con una sonrisa expléndida a una persona que no te cae bien, hasta sobrellevar tus problemas y los problemas de los demás. Es como intentar subir una escalera de peldaños tan anchos como un céntimo, tan altos como un bate de beisbol, y tan alta como el edificio Burj Dubai.
Pero parece que el péndulo ha vuelto a la luz, pero no tengo ni idea de cuanto tiempo va a permanecer en ella. Así que haré que intentaré que este alcance el equilibrio a fuerza de fricciones, y para eso tengo que combatir mi inestabilidad con estabilidad. Por tanto, creo que buscaré encontrar el método, la rutina, la repetición, como quiera llamarse. Levantarme a las ocho para ir a andar antes de que arrecie el calor, ducharme, escribir hasta las 12, jugar a ordenador, comer, chatear... Si, ya se que si me controlo eso no son vacaciones, pero prefiero eso a volver a pasar algo como lo de estos días.
Ha sido un placer hablar con vosotros y sentirme escuchado. Os debo 10000. Si necesitáis cualquier cosa, ya sabeis donde encontrarme.
Os deseo lo mejor, y espero recibir pronto noticias vuestras. Os manda un besazo y un abrazo vuestro amigo:
DCAC