Buceadores en mi mare tenebrosum

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cual gráfico de ventas

Así ha sido mi vida durante estos últimos dos casi tres días. Caracterizado por subidas y bajadas.

Antes de nada, disculparme por mi melodrama del otro día. Lo siento de veras. Siento haberos molestado. Gracias a los que lo leisteis y me comprendisteis. Gracias. Estoy mucho mejor. En especial quiero agradecérselo a Lucía, a Arual a Caperu y a mi papi virtual, Agustín, que me habeis apoyado mucho.
Continúo. Bueno, esa noche, aquella después de la publicación de la entrada, dormí bien. O, al menos, no me desperté en toda la noche. Pero eso no significó que a las diez de la mañana me levantase bastante cansado, como si no hubiese dormido. Pero, por lo menos, algo más animado. Tuve una comida de Navidad con mi familia materna y la familia de mi tía casada. No estuvo mal. Tampoco comí mucho, pero no estuvo mal. Lo mejor de esta comida fue cuando llamé para felicitar las fiestas a mi familia de Cataluña, a quienes, a pesar de conocer y ver poco, quiero mucho.
En cuanto pude, me escapé y volví a mi casa. Llegué y, como necesitaba endorfinas, ataqué los dos paquetes de bombones que me trajo el vejete borrachuzo con miopía y sin gusto para vestir que va de ecologista con sus transportes libres de contaminantes, pero que no tiene ningún inconveniente en tener explotados a no sé cuantos cientos de niños en condiciones pésimas en un almacén en no sé que lugar de Polo Norte, y encima es considerado un filántropo por dar regalos a los niños de todo el mundo, atribuyéndose el mérito del trabajo de cientos de padres, abuelos y tíos a lo largo del mundo.
Siento esta perorata estúpida, pero es que no me cae bien Papá Noel. No es porque no me haya traído nada hasta hace más o menos site años (cuando nació mi hemana), es simplemente que no me llena el ojo. Es una costumbre importada, y no veo normal que los padres tengan que gastarse una fortuna en Papá Noel y en Reyes, y, como muchos no pueden, simplemente eligen uno. Y ¿a quien van a elegir sino al que llega antes, con lo que deja a los niños más tiempo para disfrutar de los juguetes? En otras palabras, que la carta a Papá Noel supone el epitafio de una tradicio española como sus Magestades los Reyes Magos de Oriente.
Pero bueno, por lo menos el explotador me trajo bombones.
Y, después de comerme medio bote, estaba bastante felíz. Pero, como siempre, es presumir de felicidad, y venirme un tsunami de pena enorme que me sepulta bajo un mar de depresión. El epicentro de este mal fue el hablar con el Pequeño Pony, que me devolvió a la cruda realidad, porque estuvimos hablando y, salieron los temas de conversación de más escabrosa actualidad, con respecto a mis amigos.
Creo que ya os dije una vez que soy medio brujo, pues bueno, últimamente cualquier cosa que predigo y no quiero que ocurra se cumple. Y anoche esta chica dijo que, tal vez, mis predicciones eran ciertas.
Así que, estas y otras conversaciones, se llevaron de golpe las endorfinas liberadas. Yo creo que es que el chocolate del viejo ese es de mala calidad, pero bueno, no tengo pruebas.
Así que esa noche y, a pesar de prometeros hace tiempo que no volvería a usarla, usé la estrategia del pozo. Pero no fue como las otras veces. Si, me dije lo estúpido que era, pensé en mi funeral, vi a la gente que quiero criticándome por la espalda, inventé una carta de suicidio y un sin fin de desacreditaciones y daños contra mí mismo. Pero la diferencia radicaba en que, en la estrategia normal no contienes las lágrimas, en esta nueva estrategia en cuanto soltaba una lágrima, pensaba en otra cosa, y evitar que saliesen más. No se que me guió a probar este nuevo método, pero lo hice así. Me levanté a las 10 de la mañana y, a las 12, cuando mis padres llegaron de la capital de hacer las compras navideñas (no tuve ánimos para acompañarlos) mi padre medijo que si acababa de levantarme, porque tenía una cara espantosa.
Y me miré en el espejo. Mi cara estaba más blanca que la leche. Pero, bajo los ojos, un par de enormes ojeras , grandes y anchas como la falla de San Andrés y oscuras como las pardes del Tártaro.
Me metí en mi habitacion y no acertaba a hacer nada. Simplemente a lamentarme.
Y llegó la hora de comer. Y ni siquiera comí porque no me sentía digno tan siquiera de comer. Si, lo sé, es estúpido, pero no podía controlarlo. Entonces estaba tan cansado que me dormí.
No se si recordáis , cuando os hable del pozo, que despues de recordarte todo lo malo que hay en tí, a dormir.
Así que creo que lo que pasa es que, al no llorar, necesité de más tiempo recordando. Pero surtió efecto. Me levanté de siesta como una persona nueva. Tal vez con un pozo más profundo para la próxima vez, pero nueva al fin de al cabo.
Despues de acabar definitivamente con mis reservas de chocolate, me ofrecieron ir a ver unos monólogos. Pero acababa de salir del pozo, así que lo rechacé. No estaba para hacer esperimentos, y no sabía lo que podría pasar con esta versión "dulce" (a falta de un calificativo mejor) : tal vez que me entrasen inmensas ganas de llorar en medio de todo el mundo.
Pero invité despues a mis amigos a ver una peli. No estaba para románticas, así que las de X Men, que son bastante violentillas, ficticias y guays. Cuando se fueron, me atacó el insomnio, así que estuve viendo otra peli y leyendo hasta las 4 de la mañana.
El domingo me levanté a las 12. Fui a comer al pueblo de mis abuelos. Sin sombresaltos. Llegué a casa, y me puse a jugar a un juego de ordenador.
Después mantuve una conversacion con la misma amiga y del mismo tema que la vez que me dio el inmenso bajón, pero no me pasó nada.
También me tuve sesión de adivinación. Un buen amigo estaba preocupado por algo que le iba a pasar al dia siguiente (osea, hoy; espero que todo le vaya bien), así que me puse a trabajar. Por desgracia, mi chakra del tercer ojo estaba bastante atrofiado por el bajón de días antes, así que no fui de mucha ayuda. Ayer he estado en una excursión, siendo yo monitor, pues me en apuntado al grúpo de jóvenes de la parroquia de mi pueblo. Hemos estado con vaios niños pequeños, los hemos llevado a Iberocio (una especie de fiesta para la infancia [aunque oficialmente es para la juventud y la infancia] que se celebra todos los años en Navidades en Ifeba [el Recinto de Ferias y Congresos de Badajoz]), y después los hemos llevado al cine a ver Avatar.
Una minicrítica, que sé que soy mu pesado con el cine. Es una película que narra las peripecias de un grupo de marines y científicos que luchan entre ellos por la mejor manera de tratar de desalojar a unos nativos, considerados salvajes, para así poder explotar las reservas de un mineral carísimo que sólo se haya en el planeta en que se encuentran.
Una película entretenida e interesante, que te mantiene en vilo hasta el final y mezcla romanticismo, acción y algo de filosofía, antropología y religión.
Os la recomiendo si os gusta la ciencia ficción, eso sí, no hagais caso a la recomendación de no recomendado para menores de siete años, yo creo que sería más bien no recomendada para menores de trece, porque es bastante violenta.
En mi opinión, tal vez sea una crítica al litigio que se produce en las selvas (sobre todo de Sudamérica) que se da entre los antropólogos que intentan preservar a las tribus que no han conectado con el hombre blanco y a los biólogos que tratan de conservar la flora y la fauna de estos lugares, y los mercenarios contratados por las industrias madereras, geo-estractoras...
Hoy estoy más tranquilo. Me he pasado viendo películas toda la mañana y parte de la tarde, en la que también he ido a despedir a mis familiares de Bilbao.
Pero, antes de despedirme, quiero cumplir con un meme (una especie de pregunta que se pasa de blog en blog, tipo lo que se hace con los premios [y pongo esto porque a lo mejor no lo sabíais, porque yo me acabo de enterar, jejeje]) creado por Sa* y que me ha mandado mi queridísima Arual. Y aprovecho para hacerlo ahora porque este meme consiste en escribir una carta a los Reyes Magos diciéndoles 10 cosas que quieres y por que las quieres, y así, ya de paso, le hago un poco de boicot a Santa Claus.



Queridos Reyes Magos:
Este año no me he portado especialmente bien, la verdad. Y se que me habeis dado un regalo enorme por adelantado haciendome conocer tanta gente maravillosa en este blog, pero quiero pediros algunas cositas más. Y es que, si a la mayoría de mis amigos les traíais cuando yo era pequeño más juguetes que a mi, y algunos de ellos eran completos satanases a los que se les caían los mocos, quiero una compensación o la hoja de reclamaciones.
Pero bueno, no os sintais presionados. Ah, y se me olvidaba comentaros queridos que Internet me permite aprender vudú en cualquier momento. ¿Se conducirá bien el camello con lumbargia? ¿Y con gastrointeritis? ]XD
1.- Salud: para mi y para todos mis amigos y familia. La salud es necesaria para disfrutar de la vida. Y en esta época en que las enfermedades extrañas, nerviosas y causadas por el estrés, enfermedades que no se cogen por tomar frío o por estar espuesto a una enfermedad contagiosa, sino por los genes defectuosos, la contaminación, los nervios, el estrés, la presión o la vertiginosidad de la vida es necesario clamar al cielo por la salud.
2.- Trabajo: no pido dinero, porque se que el dinero no cae del cielo, sino que hay que ganárselo, así que, en estos tiempos de crisis, os pido trabajo para mi padre, y para cuando yo termine la carrera (que será, si no repito, dentro de cinco años y medio, más, debido a las exigencias que supone Bolonia, año y medio o dos años de master). Siento que sea una petición a la larga, pero siempre he vivido en el futuro. Vosostros que lo sabéis todo ya lo comprendéis.
3.- Amor: si no para mí (porque el amor no se pide, se recibe, se agradece, se disfruta y se intenta conservar), para las personas que quiero (como en el caso de la salud, vosotros estáis en ese grupo). Los que lo tengan, que lo conserven, y logren enamorar a la persona que les gusta, los que esten desengañados, que vuelvan a confiar en el amor, y, sobre todo, que se enamoren; a los que os duela el corazón a causa del amor, que se os olviden las penas. A los que no consigan enamorarse, que les llegue la confianza que a mi me falta. Si estan con alguien y sufren por ello, que tengan el valor para terminar con todo y volver a hallar el amor en otra persona.
4.- Capacidad de consejo: para poder ayudar a los que me lo pidan, para poder encauzar su vida sin enrevesarla más. Para que mis palabras sean guiadas por el destino, y para que mi voz sea y mis dedos sobre el teclado sean la solucion para los males que se ciernan sobre mis amigos, sean alivio para los corazones dañados y sean agua clara que lave la negra confusión de las mentes. Que mi hombro sea un lugar donde llorar sin que el llanto te ahogue.
5.- Capacidad de trabajo y estudio: para lograr cogerle el ritmo de una vez a el puñetero bachillerato. Y para ver si subo un poco la nota sin estresarme demasiado. Porque este año, como os dije, parece que el trabajo va a un paso por delante de mí. A ver si por fin consigo ganarme el pulso.
6.- Una o dos horas más al día: porque me faltan. Es que no tengo tiempo para nada; malamente termino los deberes, ceno, y me acuesto. Ni puedo escribir, ni leer, ni ver una peli, ni malamente ver en la tele alguna que otra serie que sigo.
7.- Paciencia: que es santa, así que mi padre debe ser muy malo para quedarme como herencia su falta y pérdida progresiva de la misma. Tengo muy mala leche, y no conviene a nadie, y menos a mí. Así que, ya que no puedo quiarme la mala leche, al menos que pueda retenerla un poco.
8.- Creatividad, organización y constancia: para escribir mis relatos, sacarlos de la cabeza, y poder organizar las ideas, sobre todo desde el punto de vistra cronológico, porque soy un desastre con los años y los días. Y también con los datos minios, pero importante. Por otra parte, tengo una fea costumbre, si me obsesiono con un relato no escribo otra cosa y no pienso en otra cosa, pero, como me obsesione con otro, abandono totalmente el primero y los demás y me pongo con el nuevo.
9.- Arte: mucho arte. Quiero conseguir música nueva, nuevo cine, nuevos libros, nuevos textos escritos por mí y, sobre todo, ver nuevos museos, catedrales, esculturas... Creo que eso lo supliré en mi viaje a Italia que el instituto organiza este año. La verdad, os pido que hagais que el viaje salga adelante. También me resultaría precioso que me trajeseis una baraja del Tarot de Marsella dentro de una caja de madera de ébano envueltas en un paño de seda morada. Es que me he estado informando para un relato y me han encantado los dibujos, son superartísticos y muy evocadores, tienen algo, no sé como llamarlo.
10.- Chocolate y clinex: si es posible, el chocolate de buena calidad (no como el que me trajo el vejestorio rácano de los trajes de Rojo Valentino). Los necesitaré: los chocolates por si me da una crisis depresiva y porque me encantan; los clinex porque los necesitaré para las crisis depresivas, para la emoción que me provoque la contemplación del arte y para los catarros y las alergias de las que me vea afectado a lo largo del año.


Y los nominados para este meme que me ha enviado Arual son, por mi parte: Gildardo, Agustín, Elena, Amanda, Lucía, Caperu, Mara, Holie, Julie, María, Alma, Mel, Marina, Sophie Pauu, Marina y Evangeline.
Bueno me ha entrado el gusanillo y tal vez mañana publique un meme. De nuevo gracias a los que me apoyasteis. Os quiero.
Un beso y un abrazo, y si necesitais algo, siempre me tendreis aquí, cuando querais, lo necesiteis, cada vez que os haga algo. Siempre vuestro:
DCAC

viernes, 25 de diciembre de 2009

¡¡Feliz Navidad!!

¿Que tal estais queridos amigos? Espero que todo os esté yendo genial.
En primer lugar, quiero disculparme por no escribir en todo este tiempo, pero con los exámenes no tengo nada de tiempo. Ahora que han acabado aprovecho para leer vuestros blogs. A los que aun no he llegado, os pido disculpas, espero no tardar mucho.
En segundo, felicitaros las fiestas.
Hoy yo debería escribir sobre la Navidad, debería pregonar la paz y el amor que debieran dominar en estas fiestas y despotricar contra el consumismo que envuelve estas fechas; debería dar todos los premios que me habéis otorgado en mi ausencia, que yo haya visto, mis queridos Gildardo, Arual y Mara, debería escribir la carta a los Reyes Magos que me ha encargado mi querida Arual, o tal vez debiera seguir con el relato de mi querida Amelia. Pero no. De lo que debería hacer sólo haré una cosa: agradecéroslo de todo corazón, así como agradecer a Gil y a Elena el apoyo mostrado en mi anterior entrada, y agradecerles también que me habriesen los ojos con respecto a ocultar mi identidad.
Y es que, muy señores (y señoras) míos/as, voy a dejar eso para más adelante. Porque, y aunque parezca mentira (nótese la ironía), estoy mal, y necesito desahogarme o explotar. Y demasiadas lágrimas han sido derramadas ya sobre la almohada, o sentado en mi sillón de cuero delante de la pantalla del ordenador.
No sé ni como plasmar todo lo que tengo dentro, así que lo haré a la antigua, del tirón, o, como mucho, en dos días, como en los viejos tiempos, eliminando este tumor emocional rápidamente y sin anestesia, y sin dejar que sus cancerígenos pensamientos se estiendan más de lo que están en mi ya infectada mente y mi terriblemente pútrida alma.
Y es que me he dado cuenta de que en verdad lo que me decía Elena era cierto, he cambiado, escribo con miedo de ser juzgado por alguien que, sin tener que llegar hasta aquí, consiga hacerlo y leer mis más profundos y oscuros secretos.
Pero os prometo que no lo hago a posta. Lo que ocurre es que, al escribir mis entradas como lo he estado haciendo, usando un mínimo de cuatro días en cada una, tenía mucho tiempo para pensarme lo que iba a escribir, además de que se me juntaban los acontecimientos y mis entradas abarcaban muchos temas, pero profundizaban poco en ellos.
Voy a intentar cortar eso de raíz, e intentar publicar más corto y más seguido, al menos cumplir esto último, pues me he dado cuenta que, desde las crisis depresivas que pasé este verano, no soy la misma persona que empezó ilusionada con la labor nueva de un blog. Ese adolescente novato que echaba a volar solo en un mundo enteramente nuevo para él.
Ahora me he convertido en un ser demasiado cauto, un ser que le cuesta más desnudar su alma que al principio, pero esto se acabó.
Así que seré claro desde el principio: estoy mal. ¿Por qué? Por mil cosas, algunas que no llego a comprender, otras que se me han calvado en el alma, otras que serían fácilmente soportables (o mejor dicho, ocultables) si viniesen solas y, por último, otras que llevaban ocultas mucho tiempo pero que, alimentadas por mi malestar, han crecido cual zarzamora y, con sus espinas, han levantado el grueso pavimento con el que las tenía encerradas.
Las que no llego a comprender son sólamente difusas figuras ocultas entre las sombras de mi mente: están ahí, lo sé, las siento, actúan sobre mí, pero, cuando intento atraparlos, se vuelven intangibles cómo el humo, y, como él, llenan toda mi mente con su intenso olor.
Las cosas que más me duelen son pocas, pero hay una que sobre todo me ha dolido en el alma: la marcha de Elena. Y que se haya ido sin ver como vuelvo a mi esencia. Te he decepcionado, Madre, y lo siento mucho. Ya he pagado con lágrimas mi castigo, pero aun así, han sido menos que las que tenía que haber llorado. Sólo espero que vuelva, y que nuestros caminos vuelvan a cruzarse.
Luego están las pequeñas cosas: el estrés escolar, las meteduras de pata...
Y, por último, mis viejos temores, fundamentados en mis cinco pilares del miedo: el miedo a alejar a mi familia de mí, ver como poco a poco se alejan, los conozco menos, me conocen menos; notar cómo mis amigos, poco a poco, se separan, también los alejo, sentir como, metiendome en sus vidas para ayudarlos, se las complico más de lo que estaban antes de que yo llegase.
Notar como, a pesar de mis esfuerzos, mis notas no son todo lo altas que esperaban, y mortificarme por ello. Y lo peor, quejarme por un 8.8, sentime avergonzado de él cuando gente con mucho más esfuezo ha sacado menos nota. Soy un estúpido.
Por otro lado, soy egocéntrico, tengo miedo a los cambios, hipócrita, falso... Si yo en vez de mal karma directamente me han puesto en la frente el sello de "cucaracha" para no andar contabilizandome los buenos y malos actos.
¿Quien va a quererme a mí? Ese es el kit de la cuestión. El saber que nadie puede enamorarse de mi, y, lo más importante, que he perdido la capacidad de enamorarme por temer al amor durante tanto tiempo, por considerarlo como una droga, una presencia ponzoñosa que lo único que hace es herir los corazones. Sólo una vana, dolorosa y efímera segregacion de hormonas. Y es que he visto sufrir tanto a gente muy cercana a mí por culpa de "el sentimiento más grande" que no he estado dispuesto nunca a sufrirlo en carnes propias. Pero al mismo tiempo lo anhelo. Es como odiar y amar algo al mismo tiempo. Odiar y amar al amor. Es tan paradójico como mi misma persona.
Y esto señores, ha sido lo que se ha desatado con las vacaciones; durante la época escolar la rutina y el estrés enmascararon perfectamente estos sentimientos. Pero, cuando tuve tiempo libre y acaeció lo de Elena, todo se desbocó, cual caballo salvaje que consigue liberarse de su brida.
Desde entonces hasta ahora me paso los días como un muerto en vida, esforzándome por sonreir cuando hay alguien delante, y, por tanto, intentando estar el mayor tiempo posible solo.
He intentado usar todo lo que normalmente me alivia: Romeo y Julieta o cualquier otro libro, vuestros blogs, escribir, jugar al ordenador, ver una peli... Pero nada, todo es efímero, pues, cuando lo dejo, sólo tengo ganas de hacerme un ovillo bajo las mantas de mi cama y llorar.
Y entonces llegan las Navidades. Desde la muerte de mi abuelo nunca han vuelto a ser lo mismo. Y es que, desde pequeño, la Navidad me llamaba la atención por mi religiosidad, por los Reyes Magos y, sobre todo, por portar el portal de Belén. Creo que soy el unico niño del mundo que se pasaba todo el año dibujando Belenes y que en julio convencía a su madre para sacar todas las figuritas y montar durante un día un Belén en la cochera.
Pero nunca me llamó la atención eso de las aglomeraciones de gente: la familia cercana y punto.
Pero, desde la muerte de mi abuelo, que en paz descanse, no ha vuelto a ser lo mismo. Las Navidades son para los niños, y mi inocencia perdida las rechaza, pues son épocas de recuerdos, frías y negras, dónde simplemente se promulgan y piden valores que deben estar vigentes durante todo el año, pero que sólo son exigibles durante dos épocas: Semana Santa y "estas fechas tan señaladas".
Si os soy sincero, hoy sólo tenía ganas, al llegar de la misa del gallo (que desde hace unos años se viene celebrando en mi pueblo a las siete de la tarde para que el párrcoco tenga tiempo de ir a su pueblo para cenar con su familia, cosa que veo muy respetable, pues celebrarla siete horas antes o siete horas despues da igual, despues de todo Jesús nació entre el tres y el cinco de abril), de tomarme un vaso de leche con galletas y despues ponerme a ver una peli. Pero vinieron a cenar mi abuela y mi tío con nosotros, porque mis otros abuelos y tíos cenan en Nochebuena en el pueblo de mi madre, y en Nochevieja en el mío, así que, llegados los poquitos que somos, con un pequeño trozo de solomillo y un delicioso bol de serradura todo hecho. No me apetecía más.
Pero no, he estado viendo el unico especial de Navidad que no era especialmente navideño: el homenaje a Nino Bravo.
Pero ha sido corto. Así que, cuando he ido a lavarme los dientes he mirado mi rostro en el espejo. Como siempre, mi cara me ha parecido diferente a las otras veces en las que me he mirado.
Esta vez era patética, estúpida, banal, fea (bueno, eso siempre), mediocre y denigrante para el mundo. Me he sentido con ganas de tirar la toalla y mañana no salir de la cama, de pasarme toda esta semana llorando.
Pero al final he decidido hacer otra cosa. Dejar de lado lo que tengo que hacer porque es políticamente correcto, dejarlo para más adelante y pensar un poco en mí, decir todo lo que pienso y volver a ser el de antes. Estaba perdido en mi mismo. Había muerto y he resucitado. Puede que halla resucitado a la muerte, pero sigue siendo una resurección.
Simplemente he dejado que las lágrimas saliesen libremente de mis ojos y llegasen hasta las teclas, guiando mis dedos para que las pulsasen, y estas pulsaciones manifestándose en un sistema de corriente eléctrico que desemboca en un código de ceros y unos que se traduce en un luces en una pantalla a lo largo del globo. A veces me da miedo la inmensidad del mundo y la inteligencia humana, pues, si hasido capaz de crear esto, si la usa para hacer el mal, el mal será capaz de transformar el mundo.
Espero que esta noche pueda, por fin, dormir en condiciones, después de cuatro meses sin hacerlo.
Gracias por haberme escuchado. Siento haberme estendido y haberos aburrido.
Un beso y un abrazo, y, si necesitais algo, sabeis dónde encontrarme. Os quiere:
DCAC

lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Quien eres? Ser o no ser

HAMLET: Ser no ser: esta es a cuestión: si es más noble sufrir en el ánimos los tiros y flechazos de la insultante Fortuna, o alzarse en armas contra un mar de agitaciones, y, enfrentandose con ellas, acabarlas: morir, dormir, nada más, y, con un sueño decir que acabamos el sufrimiento del corazón y los mil golpes naturales que son herencia de la carne. Ésa es una consumación piadosamente deseable: morir, dormir; dormir, quizá soñar: sí, ahí está el tropiezo, pues tiene que preocuparnos qué sueños podrán llegar en ese sueño de muerte, cuando nos hayamos desenredado de este embrollo mortal. Ésa es la consideracion que da tan larga vida a la calamidad: pues ¿quién soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, el agravio del opresor, la burla del orgulloso, los espasmos del amor despreciado, la tardanza de la justicia, la insolencia de los que mandan, y las patadas que recibe de los indignos el mérito paciente, si él mismo pudiera extender su documento liberatorio con un simple puñal? ¿Quién aguantaría cargas gruñendo y sudando bajo una vida fatigosa, si no temiera algo después de la muerte, el país sin descubrir, de cuyos confines no vuelve ningún viajero, que desconcierta la voluntad, y nos hace soportar los males que tenemos mejor que volar a los otros de los que no sabemos? Así, la conciencia nos hace cobardes a todos, y el colorido natural de la resolución queda debilitado por la pálida cobertura de la preocupación, y las empresas de gran profundidad y empuje desvían sus corrientes con esta consideración y pierden el nombre de la accion...
Hamlet.
Acto tercero, escena primera.
William Shakespeare


Hola a todos amigos míos. Y gracias. Gracias a todos por las muestras de apoyo que me habéis mostrado. Eso sí, os voy a pasar la factura del chico que tuvo que venir con la bomba estractora a quitar la inundacion que las lágrimas de emocion que me arrancasteis ha provocado (jejeje).
En serio, muchisisisisisisisisisisisisisisisisisisimas gracias. Os lo entregué con el corazón, y he recibido mucho más que lo que di, porque vuestras muestras de afecto tienen para mí un valor infinito. Muchas gracias Caperu, Holie, Julie, Agustín, Gildardo, Amanda, Lucía, Arual y Elena.
Y luego encima me dan cuatro maravillosos premios varias de las personas más importantes que se han cruzado conmigo tras la pantalla. Así que junto con los de mis queridas Lucia y Caperu, se unene los de Elena, Arual, Amanda y Gildardo. Muchas gracias, me hicisteis volver a llorar.
No me merezco nada de lo que me habéis dado. Ni premios, ni agradecimientos ni nada, pero muchas gracias. Como les dije a Elena y Arual, simplemente soy un pobre adolescente que quiere desahogarse de su vida con el mundo, un pobre chico como cualquier otro; vuestras muestras de apoyo me quedan grandes, porque me hacen sentir mejor persona.
Os quiero, muchísimo. y cada día me enseñais lo que es bueno, lo que es noble, lo que debo hacer, porque simplemente quiero convertirme en lo bueno que vosotros veis de mi. Gracias por ayudarme a mejorar.
Aquí van los premios:














Muchas gracias Elena, Amanda, Arual y Gildardo.
O preguntaréis a que viene el título de la entrada y la introdcción que he hecho (o tal vez no, porque me conocéis demasiado bien) : si, la segunda parte del título hace referencia a que he ido a ver una representacion de Hamlet
Pero dejemos un momento aparcado al célebre príncipe de Dinamarca, y voy a explicaros el significado de la alusion a la pregunta "¿Quien eres?".
Vereis, este año, mi profesora de fiosofía (Profe Filo, la del taller de comunicacion y creatividad, que, por cierto y por desgracia, este año no ha salido a delante, por faltar Bióloga y Psicólogo) nos ha mandado como libro de lectura para su asignatura la obra del filósofo noruego Jostein Gaarder El mundo de Sofía, obra que se ha convertido para mí en un medio para acercarme a un mundo en el que no había metido la cabeza aun, el mundo de la historia de la filosofía. Es cierto que siempre me ha gustado reflexionar, habeis sido partícipes de mis paranoicas concepciones del mundo, de mi mismo y de mi sociedad, pero no sabía nada de Sócrates, Platón o Kant. Ahora, por lo menos, voy aventurándome hacia el desconocido mundo de la historia del pensamiento humano.
Y semanalmente, mi profesora nos da una ficha de lectura con varios capítulos del libro que hemos de haber leido. Y en la primera de las fichas de lectura, la primera pregunta que se nos planteaba era la misma que la primera pregunta que el filósofo plantea a Sofía: ¿Quien eres? Curiosa pregunta, ¿verdad? Rápidamente me di cuenta de que no podía contestar con mi nombre, porque, como dijo Julieta: "¿Qué hay en un nombre? Aquello que llamamos `rosa´ olería tan dulcemte con cualquiero otro nombre. Igual Romeo, aunque no se llamase Romeo, conservaría la amada perfección que tiene en ese título" (William Shakespeare. Romeo y Julieta. Acto segundo, escena segunda).
Pero no hace falta marcharse a esa maravillosa consumacion de la literatura barroca inglesa para observar esto. Pues este blog es un claro ejemplo. No sabéis mi nombre porque no quiero arriesgarme a que algún conocido mío que no quiera que me descubra se aventure casualmente a leer las palabras de éste mi collage sentimental y mental y descubra cosas de mi que no quiero que descubra.
Sin embargo, si tengo ese miedo a ser descubierto es porque la mayoría de la gente a la que conozco no saben de mi ni una décima parte de lo que sabéis vosotros sin saber el nombre que me pusieron mis padres y los apellidos que he heredado por ellos. Para vosotros soy simplemente "De Cotilla a Confidente", DCAC para los amigos, es decir, para todos los que me consideréis como tal, y, sin embargo, me conoceis. Es curioso.
Pero, a pesar de no necesitar el nombre, es para nosotros como una muestra de identidad. Como si dentro de nuestro nombre estuviese impregnado de nuestra personalidad.
Por otra parte, creo en la aritmomancia, es decir, en la mística de la relacion entre el nombre y la personalidad, en que, tal vez por el sonido, que puede hacer reaccionar determinadas zonas de nuestro cerebro, nuestro nombre dice, en muchos casos, la clave de como somos. Cabe destacar, por ejemplo, que tanto mi nombre como mi pseudónimo tengan el mismo número del carácter (que indica la personalidad general del individuo), el 6; también es coincidencia que el número predominante en ambos nombres sea el mismo, el 5, y que el número social en mi nombre sea el doble que en mi pseudónimo, siendo el primero el 8 y el segundo el 4. Por otra parte, mis dos números del corazón (el original el 7 y el del pseudónimo el 2) encarnen lo que soy y lo que aspiro a ser respectivamente, y todo ello sin proponermelo, pues lo acabo de hacer como por iluminacion divina.
Pero dejemos de especulativa mántica, pues lo malo de este arte es que puedes encontrar relaciones en todo lo que hagas, y centrémonos en mi respuesta a esa pregunta, que es lo que me interesa compartir para que me deis vuestra opinion; porque ya he aceptado que "sólo sé que no sé nada", así que quiero que vosotros me ilumineis, y señaleis los aciertos y los fallos de mi teoría, y os invito a reflexionar sobre vosotros mismos, vereis como, a pesar de lo que cuesta, es muy gratificante.
Bueno, allá va:

En mi opinión, nadie puede saber en verdad como es, ya que no se ve a sí mismo de una forma objetiva, y la visión que tienen los demás de el tampoco lo es, por lo tanto, los datos de los sentidos y las interpretaciones que da la razón de éstos no son válidos para conocer a una persona, y mucho menos para conocerse a uno mismo.
Así que, partiendo de la base de la imposibilidad del conocimiento objetivo propio, usemos el descarte matemático para saber quienes somos (hablando de descarte, me estoy recordando por mi manera de penar y salvando las distancias, a Renée Descartes) debemos atenernos a lo que sabemos irrefutablemente.
En primer lugar, somos seres humanos. Y antes de meternos en concepciones filosóficas sobre el animal social y todo esto, hay que plantearse otra cosa: ¿que es el hombre? Simplemente es un conjunto de átomos. Es decir, es simplemente energía condensada. Pero, ¿de donde sale esa energía? ¿Por que esa energía se ha condensdo en átomos? ¿Que llevó a los átomos de hace millones de siglos a unirse formando vida? Y, si todos los cuerpos están formados por átomos, ¿que está vivo y que no lo está? Y ¿por que los cuerpos evolucionan? Pero esta breve incisión en la metafísica es solo para transmitiros el profundo asombro que me causó darme cuenta de todo esto. Reflexionad sobre ello, que yo vuelvo a mis propias cavilaciones antropológicas y sobre mí mismo.
Sigamos con el razonamientos: como ser humano soy un ser social, por lo tanto necesito de la sociedad y de su cultura para sobrevivir. Por tanto estoy primeramente condicionado por la sociedad en la que vivo, por su cultura, por las características de su idioma (lo metafórico del castellano, lo analítico del inglés, lo preciso del alemán...), por su historia, sus tradiciones... Y a nivel más próximo, por la familia que me ha tocado, las relaciones entres sus miembros, los tipos de socializacion de mis padres y su interpretación de la vida... En resumen, por una parte me han hecho como soy.
Pero por otra parte, y como ser humano, soy un ser dotado de razón, sentidos y sentimientos únicos, condicionados también parcialmente por el proceso de socialización, pero, sin embargo únicos.
Estas capacidades me permiten reflexionar hacerca de mi mismo, del mundo que me rodea y de mis semejantes, dotándome de una concepcion de mi mismo y del mundo totalmente diferente a la que tenga cualquier otro ser humano, llevandome a madurar y a convertirme en un ser único.
Por otra parte, las diferentes situaciones vividas por las personas, por pequeñas que sean, nos marcan. Lo que he vivido y la manera en que lo he sobrellevado me han hecho, sin duda, parte de lo que soy.
Ya os he dicho en alguna ocasion que soy un "actor vitae", es decir, un "actor de la vida". Por tanto, las maneras que tengo de manipulame a mi mismo, mis expresiones, mis reacciones..., concidicionan a las personas que hay a mi alrededor, pues tienen una imagen de mi que se traduce e un determinado trato hacia mí por su parte, lo que, inevitablemente, repercute en mi autoestima y en la manera de verme a mi mismo. También, si me creo y adopto aspectos de mi propia dramatización, estaré manipulándome a mi mismo, y por lo tanto aportando nuevos matices a mi identidad.
Como acabo de apuntar, la imagen que los demás tienen de mi y la concepcion propia (esas que al principio de mi exposición califiqué de totalmente subjetivos) repercuten también sobre mi caracter. Si el espejo (interior y esterior) y los demás reflejan una imagen de mi con la que no estoy a gusto eso se traducirá en una baja autoestima y viceversa, y ello supondrá que mi personalidad mutará de nuevo acorde con ese concepto, o intentará cambiar, en casos estremos, esta parte peliaguda.
En resumen, soy en lo que la sociedad en conjunto y los miembros más cercanos a mi en general me han convertido, pero, debido a las circunstancias, el uso de mis capacidades humanas, mi esfuerzo por cabiar y la imagen que tengo de mi mismo, he mutado esos rasgos sociales, convirtiéndome a mi en un ser único, exactamente igual a todos los demás.

Se que no es gran cosa, pero me hacía ilusion transmitiros la pregunta y que os maravilláseis del mundo que tenemos la suerte de disfrutar.
Y ahora, cambio radical: despues de haberos aburrido con la filosofía voy a a atosigaros con mi afición con el teatro.
Me he dado cuenta, haciendo balance mientras escribía la entrada correspondiente a mis entradas de oro, de que mis críticas teatrales son horripilantes, tediosas y confusas. Lo lamento de veras. Me he planteado como hacer para cambiarlas, y voy a intentar reestucturarlas para hacer que os parezcan más legibles. Espero lograrlo.
En primer lugar me gustaría hablar de la obra "Sólo Hamlet solo".
Esta obra, con un texto adaptado de de la obra de Shakespeare a manos de Miguel Murillo, director del Consorcio del Teatro López de Ayala de Badajoz, está dirigida por el emeritense Jesús Manchón y soberbiamente interpretada por el pacense José Vicente Moirón, ganador de varios premios a nivel nacional por éste personaje y también por el personaje de Katurian en la obra "El hombre almohada" del dramaturgo irlandés Martín McDonagh, en una version de Isabel Montesinos, una obra cruel pero maravillosa, una obra que muestra la dureza de la naturaleza humana, y que no comenté porque fue a verla una de las veces que peor he estado y necesitaba desahogarme. Ambas obras han estado a cargo de la compañía Teatro Noctambulo.
Pero volvamos a nustra obra en cuestion. Fue maravillosa. Era una obra interpretada por un sólo actor, pero no era para nada un monólogo. Era un diálogo dónde un solo actor interpretaba a todos los personajes usando los cambios de registro, el atrezzo, unos espejos y unas proyecciones.
Era alucinante. Había una coordinacion perfecta entre las proyecciones y el actor, hasta el punto en que si la proyección daba una bofetada, el actor caía.
En mi opinión, esta obra nos muestra como la mente perturbada del príncipe de Dinamarca veía la realidad: distorsionada, lejana, sujeta a sus paranoias fruto de las guerras en las que combatió, la muerte en misteriosas circunstancias de su padre y el precipitado matrimonio entre su madre y su tío, que se puede considerar casi levirático para esta mujer.
A mi esta obra me paree enorme. Hamlet nos retrata lo más profundo de la naturaleza humana: la venganza, la desdicha de la vida, la caída hacia los placeres...
Pero si hay una parte reveladora de la obra (y mi parte favorita) es el monólogo de Hamlet (el que he copiado al principio), que este actor interpretó emotivamente mirando a un foco, lo que hizo que se me saltasen las lágrimas.
Este fragmento habla, ni mas ni menos, de si merece la pena vivir. Para Hamlet la respuesta es que lo único por lo que vivimos es por el miedo de no saber que hay tras la muerte y por el medio a la represalia divina ante el suicidio. Para el la vida no es más que un cúmulo de desdichas, que soportamos únicamente porque, como dice el viejo refrán español, "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".

Pero no es la única obra que he visto desde que no escribo. También he vistootra obra llamada "Crónicas de Fuenteovejuna" de la mano de mis adorados Samarkanda Teatro. Simplemente soberbio.
En esta version de la conocidísima obra de Lope de Vega "Fuenteovejuna", se prepresenta como una compañía de tetro se unen y discuten durante sus ensayos de la obra de Lope para comentar la obra y aportar sus apuntes sobre ella. Así, de a mano de las disputas y desacuerdos entre una compañía de actores profesionales, se nos explica la sociedad en tiempos de Lope y en tiempos del episodio real que acaeció en la villa granadina, durante la época de las luchas entre los Reyes Católicos y Juana la Beltraneja.
Interpretando teatral y pulcramente los fragmentos de Lòpe y usando un registro totalmente coloquial y comun en las conversaciones entre los propios actores durante los parentesis, se nos presenta una obra a dos tiempos de tipo metateatral y alegórica que sólo presenta una dificultad: los actores se van intercambiando los personajes durante toda la obra, por lo cual tienes que estar muy atento al caracter de cada uno y a la obra, que tiene un ritmo más bien lento, para poder entenderla a la perfeccion sin perderte.
Pero si hay algo que brilla verdaderamente en la obra es su uso de los elementos contemporaneos a los que Samarkanda me tiene tan acostumbrados. Por ejemplo, el conocido monólogo de Laurencia se recita tres veces, uno solamente la propia Laurencia (interpretada en ese momento por mi idolatrada Ana García), y después, durante la segunda recitacion, por todos los actores a la vez, lo que da una imagen muy impresionante y emotiva, sobre todo por el cuadro escénico en que Laurencia está tirada con el vestido desgarrado a los pies de un Frondoso agotado y encadenado.
Aquí esa escena, pero con alguna variaciones en el reparto con respecto a la función a la que asistí.
Sin lugar a dudas, Samarkanda a vuelto a cumplir.

Por último, quiero halaros de una compañía que no había visto hasta ahora, pero que me ha sorprendido: Teatro de Papel.
Presentandome una versión de la obra, quiza menos conocida que las anteriores, "El enfermo Imaginario", de Molière.
Os transmito la sinopsis de la obra: un hombre hipocondríaco (Argan) despilfarra su fortuna en médicos que no hacen sino estafarle. El, en la inopia, decide casar a su hija mayor con el hijo de un médico , para que el padre del chico le de tratamiento gratis de por vida. Pero la chica (Angélica) esta enamorada de otro joven (Cleonte) algo más pobre, pero su padre no acepta el matrimonio.
Para más inri, la segunda mujer de Argan, Belisa, está esperando ansiosa su muerte para cobrar su herencia.
Así que, con un ardiz, la fiel y deslenguada criada, Toinette, con la ayuda del hermano de Argan, Fleurant, intentarán desenmascarar las verdades.
Una comedia divertidísima, con unos actores que hacen una interpretacion sin tachas, un vestuario y maquillage preciosos y una puesta en escena de lujo.
Pero, si los todos actores son buenos, destaca Granada Bernabé, en el papel de Toinette. Si ya de por si la sirvienta es un personaje da mucho juego, esta actriz desconocida para mí hasta ese momento, exprimió las posibilidades de Toinette hasta su máxima, convirtiendose en un elemento casi fundamental en la escena, pues, si era protagonista de la escena principal te envolvía con su magia, y si estaba fuera de ella, siempre estaba haciendo gestos o ademanes para expresar su opinion acerca de los hechos interpretados por los personajes principales, sendo así el broche de oro que hacía brillar todas las escenas de la obra. Sin duda, una interpretación como pocas he visto. Aquí una foto de la genial actriz con el protagonista.










Ahora, para finalizar, quiero hablar un poco de mi. Sí, se que esta entrada ha sido lo suficientemente estúpida y caótica para complicarla un poco más y aburriros con mi patética vida. Sé que soy más pesado que un abanico de tablones, pero lo siento. Hoy necesito desahogarme.
Llevo desde mi última entrada bastante mal. Creo que tengo un poco de astemia otoñal, ahora que por fi ha llegado el frío. Ya os he contado alguna vez que me afectan una barbaridad los cambios atmosféricos.
Pero se me está complicando. Me siento como perdido. No se si es simplemente el efecto de la astemia o hay algo más. Pero últimamente solo deseo llorar, o aroparme en la cama hecho un ovillo. Simplemente abandonar mi mundo. Ha vuelto la sensacion esa de la que os hablé del pinchazo en el pecho. Y cada vez me siento peor.
Y si le sumamos el estrés y la falta de tiempo, tenemos un coctail Molotov. Sólo espero que no me estalle en las manos.
Bueno, dejo de atosigaros. Otra vez gracias a todos. Y en especial a los que me disteis premios.
Por otra parte, quiero pediros disculpas, hace tiempo que no me meto en vuestros blogs, no tengo tiempo. De hecho, esta entrada me ha costado escribirla 15 días. Siento el abandono. Prometo que os lo compensaré cuando tenga algo de tiempo.
Espero tardar menos en escribir la próxima vez.
Si necesitais algo, sabéis dónde encontrarme. Un besazo y un millón de abrazos a todos.
DCAC

domingo, 1 de noviembre de 2009

Entradas de oro

¡¡¡¡¡Ya he vuelto!!!!! ¡¡¡¡¡Cómo os he echado de menos!!!!!
Perdón por haberme pasado ya más de un mes sin escribir. Lo siento muchísimo, de verdad. ¿Me perdonáis?
Pero es que he epezado bachillerato, y dede un primer momento me ha costado mucho adaptarme y no tenía tiempo. Y cuando ahorraba un poquito, lo que hacía es leer vuestras actualizaciones, y, aun así, tengo un monton de actualizaciones, incluso de blogs completos de nuevos seguidores, que tengo que leer, pero bueno, poco a poco.
Éste año no está mal. Las asignaturas me gustan, el claustro está bien... Pero estoy un poco harto de tanto estudiar y tanto hacer trabajos. No tengo casi tiempo para mi.
De todas formas, me está costando mucho cogerle el ritmo, porque haga lo que haga, el trabajo parece ir un paso por delante de mí.
Pero voy a dejar el tema del estrés del instituto antes de que me arrepienta de seguir escribiendo y me abalance sobre la pila de deberes que tengo que hacer. Os cuento como me ha ido: no me quejo. Aunque he tenido etapas de bajon, la verdad. Me han dado algunos bastante severos a principios de este mes. Y creo que se deben a que una amiga me ha contagiado sus ansias por enamorarse, mientras que yo le he inculcado parte de mi caracter calculador. Ésto me provocó una imperiosa necesidad de amar, porque ya me siento amado. Pero era capaz de solventarlo de una manera que hará que os riáis de mí, pero que aun así os contaré: cerraba los ojos y abrazaba a la nada, al aire que había delante de mí. Y lo más extraño es que sentía como me abrazaban. Sentía unos brazos apretandose contra mi espalda y una presencia acurrucada sobre mi pecho. Después levantaba la mano mecánicamente y rcorría con su dorso una parte de esa nada que había delante de mi. Y sentía casi como el tacto de una piel en contacto con mi mano. Se que es icreible, que tengo demasida imaginacion y que no debo obsesionarme con figuras de humo (nunca mejor dicho), pero es asi, y eso sentí, y así os lo cuento.
Por el momento, los días off han quedado renegados a el baul de los recuerdos que es mi memoria, pero no se el tiempo que se sentirá cómodo con este retiro y, por tanto, volverá a la realidad de mi vida para hacerse presente una o dos veces por semana. Espero que sea mucho tiempo.
En cuanto a mis amigos, todo bien, estrañamente bien. No hay problemas (al menos por el momento), y no se ven problemas a la vista...
Lo bueno (aunque tal vez debiera decir "lo malo") que tiene el instituto, el colegio, la universidad o el trabajo es que te sumergen en una nube de rutina sin límites que provocan que tu vida no sea más que una realidad cíclica en la que cualquier pequeña variante en un profundo decontrol, ya sea para bien o para mal.
Pero vamos con lo importante de esta entrada: son mis Entradas de Oro. Y esto os lo debo a vosotros. Sin vuestro apoyo incondicional, sin vuestras muestras de afecto, sin ese aliciente de que seré respondido por personas a las que quiero tanto tal vez no hubiese seguido adelante. Muchísimas gracias a todos y a todas. Sois como mi estrella del norte en este mar digital con gente estraña que tanta desconfianza me causaba. Pero llegasteis vosotros y tuve la certeza de que tras la pantalla había gente fantástica esperando conocerme. Y tal vez no os hubiese conocido sin las primeras que llegaron: Arual, mi primer comentario, y Elena, mi primera seguidora. Nunca se me olvidará lo que sentí cuando os vi a las dos. Como tampoco cuando vi a los demás seguidores y los demás comentarios. Cada uno era como una gran muestra de cariño, y sentía en mi carne cada beso o abrazo que me mandábais. Os quiero muchísimo a todos y cada uno de vosotros.
Voy a hacer balance: empecé como las vanguardias, con un manifiesto. Y no sólo como las vanguardias, sino como las revoluciones. Como el Juramento del Juego de la Pelota en París, como la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano, La Declaración de Derechos de la Mujer y la Ciudadana, la Carta del Pueblo, La Declaración de la Independencia de las Colonias Americanas o el Manifiesto Comunista. Todos ellos trajeron fuertes repercusiones (buenas y malas) en el mundo, y todo por unas simples palabras y unos simples sueños de unos pocos. Y eso ha sido mi blog, pero desde el marco de referencia de mi vida, por supuesto. Ha mejorado mi capacidad de abstracción, me ha hecho más humano, más sociable, me ha obligado a darme cuenta de mis errores, de mis defectos, pero gracias, a vosotros, tambien de mis virtudes y de las cosas malas de mi vida que puedo cambiar, así que muchas gracias.
Por otra parte, mi temática ha evolucionado, pero no demasiado. Más que nada, he evolucionado en la forma de espresarme y de mostrarme. En las primeras entradas, al presentarme, lo hacía de una manera muy forzada. intentaba a toda costa ser ocurrente y sonar culto, quería que os forjáseis la misma imagen de mi que tiene el resto del mundo que cree conocerme, es decir, todo el mundo menos mis amigos.
Pero poco a poco empecé a descubrirme; os hablé de mi capacidad de adaptacion, de mis máscaras, de la capacidad de hacer míos lo sentimientos de los demás, de mis gustos, de mis habilidades, de mis sueños...
Pero el cambio radical lo produjo en mi entrada "Hoy estoy mal". Desde ese momento en que me mostré tan vulnerable ante vosotros fui yo mismo. Ya no pensaba en como sonaría lo que escribía, sino si en realidad sentía las palabras que plasmaba en este cuadrito blanco con el borde marrón, y que luego salían publicadas en un pergamino marrón con letra Times New Roman. Porque me di cuenta de que, como dice el proverbio latino, "mala gramatica non vitiat chartam" (literalmene, "la mala gramática no estropea la carta"). Me di cuenta de que aqui, con vostros, sería yo mism: una persona normal, con miedos, inquietudes, aficiones, problemas, una personalidad algo dificil y un terrible egocentrismo que se guarda para este escenario donde él es el centro de atencion por unos minutos.
Pero si hay algo que hace positivo el balance sois vosotros. Primero Elena (que es para mi como mi madre en este mundo, porque ha estado ahí desde el principio, me aconseja desde el alma y no tiene miedo de decirme lo que hago bien o mal, muchas gracias) y Arual (sabes el cariño que te tengo, fuiste la primera seguidora, si, pero el cariño te lo has ganado a pulso siendo como eres), después se incorporó Mel (mi primera seguidora al otro lado del charco), más tarde Caperu (mi queridisima ladrona de besos, aunque más bien yo la llamaría la creadora de mundos) y Lucía (que me ha dicho un par de veces que nos conocemos de una vida pasada, y eso me alegraría, porque aun me lamento de no haberla conocido antes), y llegó Gildardo (al que puedo llamar con todo el orgullo hermano, y sobran las palabras), y vino Sophie (con sus hipnóticos relatos y su sineridad), y Agustín (que es capaz de ponerme los pelos de punta y sacar lo mejor de mi cada vez que leo sus blogs).
Más tarde llegó Amanda (mi sevillana sevillista, que a pesar de llevar poco tiempo como seguidora le he cogido caríño rápidamente), y Mara (que me saca todo lo que llevo dentro con sus tiernas historias), y Marina (la reina de la abstraccion, porque sus relatos son tan puros y tan interiores que los puedes exteriorizar en cualquier situacion), y Pau (otra de las diosas de los relatos, que es capaz de crear un pequeño gran mundo en unas pocas palabras), y Holie (la chica que es capaz de eliminar tabúes y mantener la elegancia), y por último María, una gran chica de la que no puedo hablar mucho porque no la conozco muy bien, pero que por lo poco que he leido, me he dado cuenta de que me va a gutar tanto como lo habeis hecho los demás.
Siento si no os han gustado los calificativos, pero tenía que resumir en pocas líneas lo mucho que sigificais para mi. Pero fuera sentimentalismos, pues son mis Entradas de Oro, una fiesta, que además coinciden con el año nuevo Celta. Y tengo que repartir los premios que me otorgaron en su día dos de mis niñas del alma, Caperu y Lucía, y que hasta hace poono sabía que yo tambien tenía que entregar, así como un reto que me pasó Elena, una de las mejores personas que he tenido la suerte de considerar amiga.
Así que ¡poned música en casa! Yo prefiero no atosigaros con mi estilo musical tan peculiar (por cierto, acabo de darme cuenta de que aun no he hablado de música en el blog). Aquí teneis la comida:








Como habréis podido deducir, soy un goloso. Espero que sean suficientes, si no me avisais (jejeje). Y de beber:








Y vamos con los premios. Pero antes quieros daros de nuevo las gracias: Caperu, Lucía, os lo agradezco mucho. Id arreglandoos, que os espera la alfobra roja:




Este premio me lo dio Lucía. Tambien me premio con este galardon Caperu, y las normas del premio son las siguientes:
- Pones el premio
- Enlazas al blogger que te lo entrega
- Eliges 10 blogs para premiar (en este caso, como son dos, 20)
-Les informas a través de un comentario en su blog
He seleccionado los blog que más importancia tienen para mí para premiarlos, no están por orden, porque no sería capaz de decidir a cual quiero más. Hay blogs que están cerrados, y siento si a sus propietarios les molesta. No tienen por que hacer lo mismo. Pero si ese blog ha significado mucho para mi tengo la obligacion de darle el premio, porque me lo exige mi corazón.
Y los seleccionados son:
- December. (Orderonime)
- Arual. (Arual)
- Picardie France. (La Caperucita de los gatos azules)
- En el columpio del parque. (La Ladrona de Besos)
- El Cuento de la Estrella. (La Ladrona de Besos)
- Notas sinceras. (Amanda)
- Sophie. (Sophie)
- AVANT. (Arual)
Muchas gracias, y, a los que tenéis premio, deciros que os lo mereceis. Muchas gracias a todos. Por todo lo que me habéis dado. Por lo que sois. Por lo que valeis. Gracias.
Sé que dije que iba a poner el reto de Elena, pero lo pongo en la entrada siguiente, que ahora es de noche y no salen bien las fotos.
Ahora, solo queda deciros: ¡Hasta pronto! Espero no tardar mucho en escribir.
Un beso. Si necesitáis algo, sabéis donde encontrarme.
Un beso y un abrazo a todos. Se despide:
DCAC

domingo, 13 de septiembre de 2009

Quinta parte de mi absurdo relato

Hola queridos amigos todos. Muchas gracias por el apoyo que me habéis mostrado desde el principio, y gracias especialmente a los que me habéis apoyado con mi entrada anterior. Gracias a Hollie, Agustín, Gildardo, Elena, Mara, Caperu y Arual. Gracias de corazón.
En cuanto a mí, no os preocupeis, ya estoy mejor. Os dije que el mejor bálsamo es escribir y leer Romeo y Julieta, ¿verdad? Pues me equivoqué. El mejor bálsamo es contar con personas tan maravillosas como vosotros. Os quiero mucho, espero que lo sepais.
Y también espero que sepais que si me necesitais me tenéis aquí para lo que sea, cuando sea y cuantas veces haga falta.
En cuanto a mi, ya estoy mejor. Al día siguiente de publicar me sorprendieron unas reacciones muy raras, como si me clavaran un cuchillo bajo el esternón, pero no dolía, solo me obligaban a curvarme, se me paraba la respiración durante un segundo y sentía una nausea y una pena infinita. Pero me pasó a los dos días. Ahora estoy bastante recuperado.
Bueno, dejo de hablar de mi para empezar a hablar de Amelia. Aquí teneis la quinta parte. Espero que os guste.



Cuando me desperté todo estaba a oscuras. Dana seguía sobre mis pies, y la jaqueca dentro de mi cabeza. Miré hacia la ventana para hacerme una idea de la hora que era, pero mi abuela había corrido las gruesísimas cortinas de terciopelo que utilizaba a modo de persianas. No me apetecía levantarme, así que opté por dar vueltas en la cama.
A pesar del efecto sedante de la cápsula, no había dormido en condiciones. Mis sueños habían sido muy turbulentos: una Dana de 8 metros persiguiéndome e intentando devorarme. Después, me caí, y cuando me di cuenta, se acercaba a mi con su enorme boca abierta, y me quedé con la mirada fija en su enorme ojo color oro, que se convirtió en un resplandeciente sol. Miré a mi alrededor, y me encontraba en una especie de jardín rodeado por una linde de piedra de tres metros de altura. Miré hacia delante y vi la pared de un claustro. No había duda, era un convento. Pero tenía un jardín mucho más grande que los que había visto hasta ese momento en otros conventos. Entonces me empecé a fijar en unos detalles que hasta ese momento habían estado difuminados por la etereicidad propia de los sueños. Por la naturaleza de las plantas (que, por cierto, nunca me habían interesado lo más mínimo y aun así conocía sus nombres como por intervención divina) debía estar en un lugar en el norte de Inglaterra, Escocia, Gales o Irlanda. Lo sabía, simplemente lo sabía. Las especies sugerían que estaba en una mezcla de jardín y huerto. Plantas comestibles, espigas de cereal, flores y 12 árboles.
Las imágenes se aclararon un poco más, y entonces vi a varias decenas de mujeres de todas las edades que atravesaban el patio con cara de felicidad. Desde niñas de no más de 10 años hasta ancianas de edad inidentificables, mujeres embarazadas u otras con bebes de hasta dos o tres años en los brazos, pero no se veía rastro de ninguna niña de entre los 3 y los 10. Todas iban vestidas con una túnica blanca, y bordada sobre el pecho en negro la silueta de un árbol, habiendo un cierto número que se repetía sin que ningún parámetro pudiese clasificarlo. Cada una fue a un determinado lugar y se pusieron a trabajar en el jardín, mientras las más pequeñas gateaban o correteaban bajo la atenta vigilancia de las más ancianas o de las embarazadas.
Me quedé observando la escena, y sentí que ese no era un sueño normal. Miré hacia el cielo; el sol se había ocultado, y ahora estaba encapotado y uniforme, como si se tratase de un perlado tapiz que alguna extraña divinidad había tejido con esmero usando hilo de bruma, haciendo que el cielo luciera como un hermoso traje, y que la tierra bajo su influjo pareciera rescatada de un cuento de hadas. Podía sentir la humedad a mi alrededor. Veía claramente cada detalle, cada matiz de luz en la escena, cada minúscula gota de sudor escurriéndose de las frentes de las extrañas monjas. Podía captar el aroma de las plantas, el de la humedad de la tierra, el del mar, que supuse que estaba cerca... Era demasiado real. Comenzó a llover, y sentí como la fría lluvia me calaba los huesos y se clavaba sobre mi piel como si de afiladas saetas de hada se tratasen. Corrí a refugiarme dentro del claustro junto con las niñas hasta 12 años, las madres con sus bebés, las embarazadas y las ancianas. Las demás parecían no inmutarse por el aguacero que les estaba cayendo encima.
Estaba calada hasta los huesos, y su ropa se le pegaba al cuerpo. Entonces se fijó en que llevaba puesta una túnica idéntica a las que vestían las demás, y que su bordado negro era un sauce llorón.
Entonces fue cuando desperté.
Seguí dando vueltas en la cama hasta que noté la almohada húmeda. Me toqué el pelo y noté que estaba mojado. Estaba segura de que no era sudor, pues olía fresco, como a hierbabuena. Aquello me sacó de mis casillas. De nuevo el histerismo me invadió.
Me levanté y abrí los gruesos cortinajes. Debían ser las diez de la noche. Había dormido durante todo el día. Recordé todo lo que había pasado, de lo que me había enterado, y me sentí terriblemente mareada. Me senté en la mecedora, y noté un pinchazo en el pecho y cómo me costaba respirar. Me tiré sobre la papelera que había al lado del escritorio de madera de caoba y vacié con premura los papeles arrugados que contenía la pequeña bolsa de plástico que usaba para tirar la basura. Empecé a respirar dentro de ella y, poco a poco, fue recobrando la calma. Volví a sentarme en la mecedora, y apoyé mi cabeza contra el mimbre. El suave bamboleo consiguió calmarme. En 24 horas había vivido más experiencias que a lo largo de toda mi vida. Desde mi primer día de cole hasta la primera vez que hice el amor, ninguna de las experiencias vividas hasta entonces me había causado emociones tan fuertes como las que me había causado el saber que procedía de una estirpe femenina milenaria encargada de adorar a la madre tierra y que para ello tenía una serie de poderes y responsabilidades. Sólo de pensarlo notaba un agudo pinchazo en el pecho. Intenté respirar tranquilamente y dejar la mente en blanco.
Mi estómago rugió de hambre. Llevaba desde la mañana del día anterior con una tostada y un par de sorbos de té negro. Mi estómago volvió a lanzar un rugido, como para que me asustara y fuera corriendo entre los brazos de mi abuela, como cuando era pequeña y escuchaba ruido en el jardín cuando era de noche.
Pero no quería enfrentarme a mi abuela tan pronto. Ahora mi abuela ya no era mi abuela. No tenía claro en que momento había cambiado mi concepción de ella, pero no era capaz de mirarla con los mismos ojos con que lo hacía antes. Antes era mi amantísima mejor amiga, la que regañaba a mi madre cuando esta me reñía sin motivo o se pasaba con un castigo, la mujer omnipotente que tenía consejos y soluciones para todos, la dama inteligente que siempre lo sabía todo de mi, una amiga a quien contarle todos mis secretos, alguien a quien preguntarle lo que quisiera con naturalidad y sin necesidad de pasar vergüenza, un modelo a seguir. Pero ahora no era nada de eso: la veía como una cruel y astuta bruja que me había tenido engañada para convertirme en su esclava, para robarme mi vida y ponerla a los pies de una vieja divinidad de la que nunca le habían hablado. La había engañado y ahora había vendido su vida. La habían traicionado.
Sentí como Dana se subía a mis piernas y frotaba su cabeza contra mi mano, que descansaba en el reposa brazos de mi asiento. Acepté s petición y comencé a acariciar toda la extensión de su espalda y su lomo, y haciéndole cosquillas tras las orejas. La miré, y ella clavó sus ojos dorados en mis ojos color caramelo (herencia de mi padre), y noté como se sumergía en mis pensamientos tal y como lo hacía mi abuela. Y noté como la presencia de la gata invadiendo mis pensamientos hacía tambalearse peligrosamente la estructura de malos pensamientos que había creado, que habían formado una estructura parecida a un castillo de naipes, cuyas juntas estaban hechas de un negro humo creado de la reacción desencadenada por mi inseguridad. ¿Cómo podía estar permitiendo que por los hechos de un día estuviese castigando la memoria de mi abuela? Desterré los malos pensamientos sobre ella al abismo del olvido. El castillo de naipes no era más que la fachada de la verdadera construcción, creada por enormes sillares de la piedra más dura que existe: el cariño.
Me levanté sin soltar a Dana, que acomodé en un brazo mientras seguía acariciándola con el otro. Sin encender la luz, abrí la ventana para que la habitación se ventilase. Una cálida brisa me sorprendió y me hizo estremecerme. Giré sobre mis talones, bordeé el biombo y atravesé el pasillo en dirección a la cocina. Estaba desierta, pero con la luz encendida. Eso significaba que mi abuela había salido al jardín ha hablar por teléfono, pues las gruesas paredes de la casa evitaban que los móviles tuviesen cobertura. Me limité a sentarme en una de las sillas a esperar. Sé que es egoísta, pero prefería que mi abuela me hiciese la comida, porque no tenía fuerzas para nada. Dejé a Dana en el suelo para que se acomodara en su cojín y evitar así que siguiese soportando la incomodidad de mis brazos, pero, al parecer, no le resultaron tan incómodos. Saltó ágilmente a mi regazo y volví a acariciarla mecánicamente, llevando mi mente de nuevo hacia la conversación del día anterior, intentando aceptar lo que su abuela le había dicho y mostrado.
En ese momento, ésta entró por la puerta con su móvil en la mano. Me miró con la ternura infinita que sólo ella tenía y me dio un beso en la frente.
-¿Qué tal estás, mi niña?
No supe que responder. Las dudas regresaban del olvido tan rápidamente como las había desterrado, y el castillo de naipes amenazaba con volverse a poner en pie. Pero un nuevo soplo de cordura volvió a hacer cada una de las ideas que representaban esos siniestros naipes. Esta vez fue un cálido abrazo de mi abuela,que me estrechó contra ella fuertemente, acomodando mi cabeza en la oquedad que había entre su cuello y su hombro.
-Tranquila Amelia, estoy aquí, estás en casa, con los tuyos. No te pasará nada.
Eso era lo que me preocupaba. Tener que hacer lo que se esperaba de los míos. O mejor dicho, las mías. Era demasiada responsabilidad.
Pero, por otra parte, estaba el hecho de tener la posibilidad de encontrar mi verdadero amor. Pero una duda me asaltó. ¿Quien era nadie para decirme a quien amar? ¿Acaso los seres humanos no somos libres para amar a cualquiera por nosotros mismo? ¿Tan predestinados estábamos?
Mi abuela me soltó y me miró a los ojos. Comprendió todas mis dudas, así que dejó el teléfono en la mesa, cogió una silla y se sentó a mi lado, cogiéndome ambas manos y estrechándolas entre las suyas.-Mi niña, la diosa no te obliga a nada, sólo te abre el camino.
Si, claro, pero, ¿que consecuencias había si no seguía a esa divinidad que era capaz de manifestarse tan claramente en el mundo terrenal?
Como siempre, mi abuela sabía lo que estaba pensando:
-La diosa no tomará ninguna represalia. Si no quieres consagrarte a la diosa no serías la primera. Ha habido cientos hermanas con poder que no querían seguir a la diosa, y viceversa. A estas últimas se las aceptaba también, a pesar de no haber cumplimentado la iniciación.
La miré asustada como nunca antes había estado.
-¿Qué iniciación?
De nuevo su risa inundó la cocina, y sentí como si su risa fuese una bocanada de aire cálido y puro cuando estás en una fría y oscura ciénaga, consiguiendo derribar y esta vez destruir los naipes que se habían formado contra ella.
-Mi niña, tranquilízate de una vez. Me estás recordando a cuando tenías 5 años y te asaltaban las pesadillas. La iniciación se compone de un simple hecho: encontrar el amor verdadero.
De nuevo con aquel cuento del amor verdadero y el alma gemela. Y de nuevo todas mis reticencias salieron a la luz. Y de nuevo mi abuela se dio cuenta. Aquello, a pesar de lo nuevo, empezaba a ser monótono.
-Comprendo que te asuste y te inquiete mi niña, pero no debes tener miedo.
-No tengo miedo abuela, sólo que no me gusta esa visión del amor como algo totalmente predeterminado.
-Amelia -me explicó con parsimonia, como buscando elegir las palabras adecuadas para explicar algo que no comprendía del todo-, el amor es todo menos predeterminado. El amor no solo es con la pareja, también con los amigos y la familia. Pero en el amor de la pareja el alma gemela siempre estará presente. El alma gemela no es una manera de controlar a los mortales, sino una manera de evitarles el sufrimiento. Las parejas discuten por sus diferencias, es normal, pero sólo con tu alma gemela podrás soportar todas y cada una de estas discusiones, porque ella llegará a comprenderte, pues su alma y la tuya son la misma, separada en dos cuerpos con dos visiones distintas del mundo. Por eso a una persona le costará ser feliz si comparte la vida con otra persona que no es su alma gemela.
Esta explicación rompió los esquemas de mi vida. Aquella visión del amor resolvería todos mis debates de porqué las personas más dispares están juntas, o por qué las parejas más maravillosas compuestas de dos personas buenas que se aprecian y tienen mucho en común rompían. Era sólo que el otro alma los llamaba. Entonces recordé mi visión bajo el sauce. Todas aquellas almas buscando encontrarse, buscando anhelantes aquella alma igual a la suya. Me estremecí. Imaginé lo difícil que sería hallar a su alma gemela a las personas sin la visión. Y una duda me asaltó la mente.
-Abuela, ¿mis padres son almas gemelas?
-Si.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque, cuando ves a una pareja de almas gemelas, las hijas de la diosa vemos un lazo de luz que liga a esas personas, pues las almas iguales se enlazan entre sí para formar una sola.
-¿Y cuando dos almas gemelas se unen lo saben?
-Si. Quizás no es tan teatral como en el cine para los que no son hijos de la diosa, pero, si te separas de esa persona, no serás feliz.
Mi estómago nos interrumpió gruñendo de nuevo. Mi abuela le contestó levantándose y poniendo delante de mi una ensalada y un par de filetes que aun estaban calientes. Comencé a devorar como si fuese mi última cena. Mi abuela, mientras tanto, simplemente me observaba con una sonrisa satisfecha.
-Estoy muy orgullosa de ti -me dijo.
-Si, siempre te encantó eso de que me comiese todo lo del plato. Pero es que tus comidas están deliciosas, abuela.
Ella se rió con ganas. Yo me sentí algo molesta. ¿Que es lo tenía tanta gracia? Puse cara de enfurruñada y la fulminé con la mirada.
-No te enfades, pero es que me encanta que seas a la vez tan madura y tan inocente. No me refería a como comes, sino a como lo has aceptado. A mi cuando mi tía me lo contó no la pude creer, y eso que ella hizo que el agua de un estanque formase una escultura mía. Desde luego era poderosa -dijo con la mirada clavada en un punto de la pared entre una lámina de Oxford Steet en 1956 y una fotografía de una planta de narcisos de color amarillo claro a la orilla de una charca. Pero su mirada del recuerdo parecía estar varios años atrás.
Volvió a clavar su profunda mirada en mí diciendo:
-Me encanta que te lo hayas tomado tan bien. Lo has aceptado, lo estás reflexionando y no me has tirado nada a la cara ni te has negado a verme. No puedo decir que yo hiciese lo mismo.
Me sonrió. Yo, sin embargo, bajé la cabeza y seguí comiendo mientras imploraba a... a... bueno, a quien fuese que dominase nuestros destinos para que mi abuela no se diese cuenta de mis sonrojos. Cuando el color de mi cara volvió a la normalidad, la miré y le dije.
-Abuela, espero que sepas que aun no he tomado una decisión con respecto a la diosa.
La miré. Siguió tan imperturbable como antes.
-Lo sé. Pero aun así estoy orgullosa, siempre lo estaré.
-¿Y si digo que no?
Seguía serena.
-Seguiré estando orgullosa. Siempre estaré orgullosa de ti siempre que en tu vida hagas todo guiándote por tu corazón. Si haces todo de corazón, siempre estaré orgullosa de ti.
No pude evitarlo. Me levanté rápidamente de mi silla y me lancé contra mi abuela para abrazarla, haciendo que casi calléramos las dos del asiento. Ella se limitó a corresponderme.
-Te quiero abuela.
-Y yo, mi niña.
Volví a sentarme en mi silla, culpándome de haber pensado tan mal de ella esa mañana. Ella, por su parte, fue hacia la nevera, situada a la izquierda de la ventana que ocupaba esta posición con respecto a las otras dos. Allí, de espaldas a mi, sacó algo de la nevera. Se dio la vuelta y me recibió con un enorme pastel de chocolate con 22 velas encendidas.
-¡Feliz cumpleaños! ¡Mi niña, ya con 22 años! -se secó una lágrima que se había escapado de uno de sus ojos.
¿Cómo era posible que se me hubiese olvidado mi propio cumpleaños? Bueno, la verdad es que el que recordase que una cálida noche del dos de mayo 22 años atrás yo hubiese nacido era una nimiedad comparado con lo que me había pasado en esas poco más de 24 horas.
Mi abuela puso la tarta delante de mi.
-Pide un deseo. Pero no lo hagas en voz alta o no se cumplirá.
Estaba claro lo que pedí: encontrar a mi verdadero amor antes de que pasase un año. Soplé las velas, que se apagaron con un solo soplido, así que, según la superstición, lo que había pedido se me cumpliría. Pero había pedido demasiados deseos que no se me habían cumplido, así que no tenía demasiadas esperanzas.
Mientras mi abuela quitaba las velas y partía el pastel, me dijo:
-Deberías llamar a tus padres y a tus abuelos. Me han llamado al móvil porque no contestabas el tuyo. Y apuesto a que cuando salgas a la calle, te saldrán mensajes de más gente.
-¿Qué les has dicho que me ha pasado?
-Que anoche no dormiste porque estrenamos el cenador, y, cuando ibas a acostarte, resbalaste con una hoja y te diste un golpe en la espalda, y por eso no has dormido. Y esta mañana, cuando se te pasó el dolor, dormiste.
-Que imaginación abuela.
Cogí un trozo de tarta. Era un bizcocho de limón recubierto de chocolate y fresones y relleno de una capa de crema y otra de mermelada de fresa. Una de las esquisiteces hiper calóricas de mi abuela. Le di el primer mordisco y fue como si en mi boca hubiese explotado el paraíso. Pero lo mejor de la tarta era el sabor de la mermelada.
-Abuela, ¿has pensado en comercializar esta mermelada? Te harías de oro.
-No creo que a la gente le hiciese gracia la fecha de la receta que imprima en la etiqueta. Me tacharían de mentirosa.
Entonces mi sueño me vino a la cabeza, y se lo relaté a mi abuela. Esta me miró ceñuda, y no me interrumpió hasta que acabé de contárselo.
-Amelia, creo que has tenido una visión del pasado. Todo lo que me cuentas coincide con uno de los conventos de nuestra orden. El árbol bordado en las túnicas corresponde al árbol natalicio de cada una. Y la franja de edad es el periodo en que las niñas estaban con sus padres, hasta que llegaba el momento de su iniciación.
-¿Esas niñas encontraban el amor a los 10 años?
-12. Eran otros tiempos, las niñas se casaban muy jóvenes.
-¿Y no dices que el sujeto del que te enamoras puede estar en cualquier lugar del mundo? ¿Entonces por qué les resultaba tan fácil encontrarlo?
-Porque cuantas más facilidades tiene a su alcance el enamorado para encontrar a su amor, más difícil se hace este de encontrar. Pero recuerda que siempre en la medida de las posibilidades. Para lograr el amor hay que arriesgar, pero luego la recompensa es mayor. En esa época no se podían desplazar a largas distancias: ellas tenías que vencer barreras sociales, enfrentarse a la sociedad o tener que luchar contra matrimonios de conveniencia. Ahora s a olvidado todo eso, pero se puede viajar lejos, aunque es dificil. Pero no es imposible, ahí esta la clave.
De nuevo todo tan estúpido y a la vez tan lógico. Pero, ¿acaso no era así el amor? No, el amor podría ser estúpido, pero no lógico. Era loco, apasionado, voluble e incluso iriente, pero no lógico. Sin embargo, desde la perspectiva de su abuela, o mejor dicho, desde la perspectiva de las adoradoras de La Diosa, se podría ver cierta lógica no en el amor entre personas, sino en la naturaleza misma del amor como concepto universal.
De nuevo me dolía la cabeza. Cogí otro trozo de tarta y miré a mi abuela, que seguía con el ceño fruncido y con la mirada perdida apuntando contra la luna, que se asomaba a la habitación desde la ventana del centro.
-¿Te pasa algo, abuela?
-No querida, es solo que me ha sorprendido el hecho de que tuvieses una visión.
-¿No te ha pasado nunca?
-No, como en todos lados hay especialización. Yo, por ejemplo, soy una Sanadora, es decir, esperta en la curación de humanos y animales. Tu debes de ser una Vidente. Pero eso ya lo veremos si decides entrenarte para el culto de la gran madre.
Cada vez me dolí más la cabeza. Me llevé las manos a las sienes y comencé a masajearlas.
-Si te duele, ve a añarte. ¡Se me había olvidado contártelo! Ya han terminado la piscina. si quieres puedes ir a estrenarla. O darte una ducha. Sé lo mucho que te relaja el agua.
Sentía un agradecimiento profundo porque mi abuela me conociese tan bien. Me disponía a salir por la puerta cuando mi abuela puso una mano sobre mi hombro. Me giré y me dijo:
-Aun no te he dado mi regalo de cumpleaños.
-Abuela, no tienes que darte nada. Con la tarta ha sido más que sufciente.
Ignorándome, mi abuela se llevó las manos al cuello y se desató uno de los múltiples colgantes que llevaba. Y cuando vi cual era, se me heló la sangre.
-No puedo aceptarlo, abuela. Es tuyo, significa mucho para ti.
-Por eso se lo doy a la persona que más significa para mi. Cójelo.
Pero como vio que no estaba dispuesta a aceptarlo, me cogió la mano y dejó el colgante de oro que parecía una moneda, el que era herencia de su familia, de mi familia. Cerró mi mano en torno a la joya y me dio un beso en la frente.
-Muchas gracias abuela.
Me sonrió, y volví a darme la vuelta para dirigirme a mi dormitorio a coger el movil y ponere el bikini cuando me di cuenta de algo.
-Abuela, ¿como has encendido las velas de la tarta si no tenías ni cerillas ni tiempo y acababas de sacarla de la nevera?
Me miró divertida.
-¿De verdad quieres saberlo?
Mi respuesta fue contaer la cara en una mueca de disgusto y darme la vuelta rumbo a mi habitación.


Ups, creo que me he pasado un montón. Lo siento. Un besazo y un abrazo:
DCAC

jueves, 10 de septiembre de 2009

Semana "vivo sin vivir en mi"

Hola a todos, queridos amigos. En primer lugar, lo siento muchísisisisisisisisisisisisisisisisisisisisisisisissisisisisisimo.
Siento no haber escrito, siento no haberos leído ni comentado, pero es que estaba como si un camión hubiese pasado por encima de mi alma, y las musas, en vez de quedarse a mi lado esperando a que mi esencia despertase mientras mi mente crease historias bajo su influjo, y así consiguiera evadirse del dolor del alma pisoteada por un peso muerto de hechos no relacionados, huyeron de mi por el miedo que les causó ver mi mirada vacía.
La apatía se apoderó de mis huesos como si de la helada lluvia de invierno se tratase, transformando todas y cada una de mis intenciones de salir de ahí en una mera y burda imitación de lo que en realidad deberían ser. Ver una película, contemplar imágenes burdas y sin sentido y sentir como las palabras se transforman en ininteligibles gruñidos o en un conglomerado sin sentido; leer, ver como las letras se van perdiendo unas entre las otras, como si fueran personas en extrañas posiciones ejecutando una aun más extraña danza; el escribir, sin que Las Nueve cantaran palabras en mi oído me era una tarea ardua como buscar una aguja en un pajar; hablar con mis amigos era como escribir una carta en un idioma que sólo chapurreas, es decir, solo puedes usar palabras simples e ideas sencillas, y como está a distancia ellos solo pueden intuir lejanamente lo que te pasa. Todo es una carga.
No se lo que la ha provocado: tal vez en estrés post vacacional que me ha aparecido antes de que terminen las vacaciones, a lo mejor una situación algo tensa entre mis amigos, que me he encaminado a la oscuridad del péndulo de mi vida o tal vez un poco de todo, pero el caso es que estoy fatal.
Lo único que he conseguido hacer es meterme en mi propio fango y pegarme unos tremendos hartones de llorar escuchando música, o leyendo vuestros blogs cuando me armaba de valor. Hacía mucho que no lloraba. Por las noches también lloraba, porque (y para decir esto he de armarme de valor) últimamente no me siento querido porque no dejo que me quieran.
De mi familia por supuesto que siento el amor. Y de mis amigos, siento que me aprecian, y que se preocupan por mi, pero d niño nunca me gustaron las muestras de afecto porque si, y ahora me arrepiento. Siento que los voy alejando de mi sin remedio por mi personalidad agreste (humor negro, frialdad, bromas de pésimo gusto, sarcasmo) y por mi falta de vida. Explico esto: no me gusta salir los sábados, como todos sabéis, así que mi vida social es bastante más pequeña que la de ellos. Además, nunca me he enamorado ni tenido pareja, así que soy el que falto. Es como si el estigma que se creó en en instituto sea transmitido a ellos por accidente. Creo que piensan que soy una especie de androide, y no les doy razones para que piensen otra cosa.
Soy, en resumen, una víctima d mi mismo, un mártir por una causa de la que yo he sido legislador, fiscal, juez y jurado, y me he condenado a mi mismo.
Para colmo está mi especial gusto por el arte dramático. Le confesé esta capacidad por ser honesto con ellos, para que no hubiese trampa ni cartón, y ahora me juzgan y critican por ello. Tenía que haberme quedado callado, pues con ellos no me gusta usar este "don" (a falta de mejores palabras para nombrarlo) a menos que sea necesario por el bien de todos (soy maquiavélico).
También es cierto que podríais llamarme falso, lo acepto, pero nunca lo he sido para hacer daño a nadie. Lo he sido para consolar a un amigo. Lo he sido para evitar una pelea. Para cambiar un examen. Para ayudar con los deberes a un compañero. Para evitar una disputa con alguien que no me ha hecho nada pero que no es especialmente santo de mi devoción. Para no preocupar a nadie cuando no tengo ganas de nada. En mi opinión, es injusto que me juzguen por eso.
A toda esa carga hay que sumar pequeños "problemillas" con mis amigos (ajenos a los que os he contado). No tengo poder para hablar de ello, pero solo puedo deciros que son dos problemas que se han multiplicado para formar 5.
Y además de eso tengo la semana off, sensible y espesa, todo junto, así que imaginad todo ese revoltijo. Espero que esto os sirva de escusa por no escribir, ni comentaros (aunque he intentado leeros, de verdad, aunque, como ya os he dicho, muchas veces no lo he conseguido).
Espero que ahora todo sea diferente, pues ayer el mal alcanzó su punto álgido, y hoy parece que estoy mejor (incluso las musas han pasado a visitarme). Ahora estoy tirando de los mejores bálsamos que conozco (por si acaso): leer Romeo y Julieta e inventar historias.
Hablando de historias: gracias a todos los que me habéis apoyado con mi Absurdo Relato. Pronto intentaré publicar otra entrada. Y después habré cumplido mis Entradas de Oro. Sé que para vosotros será una banalidad pero para mi es muy importante, porque es mi primer blog y porque nunca esperé llegar tan lejos. Os invito a todos a venir; habrá tarta y todo (xD). Y aprovechando esta circunstancia, voy a entregar los premios que me han dado, y que no me había enterado que tenía que dar. Y también tengo que pasar un reto.
Gracias por escucharme. Siento haberos molestado y haberme hecho el mártir, pero lo necesitaba. De nuevo, lo siento. Prometo que entre hoy y mañana intentaré ponerme al día con vuestras entradas.
Un abrazo a todos:
DCAC

martes, 1 de septiembre de 2009

Cuarta parte de mi absurdo relato

-Mi niña, la diosa te ha elegido, te ha aceptado y te ha hecho el más grande de los regalos. Ahora sólo queda que decidas si quieres unirte o no a ella.
La miré, y supe que ahora me tocaba hablar a mi: era la hora de mis preguntas.
-Abuela... ¿que... que... ha sido eso? -tartamudeé, no sabiendo que decir.
Ella sonrió, me tomó delicadamente del brazo y me llevó a sentarme de nuevo al borde del estanque.
-Eso, querida, ha sido una muestra del poder que la diosa confió a nuestra familia para que cumpliésemos nuestro cometido.
-¿Cuál es ese cometido? -pregunté alarmada.
-Tranquila. Nuestro cometido es cumplir tres puntos: proteger la sabiduría ancestral, proteger la naturaleza y, lo más importante, ayudar a las personas con problemas que deriven o atenten contra la naturaleza.
Estaba ensimismada. Aquello empezaba a parecerme demasiado natural. Todo el temor que me había invadido estaba comenzando a esfumarse, se disipaba como la matinal bruma cuando el sol comienza a cabalgar hacia el cenit, y se metamorfoseaba en una profunda curiosidad por lo que acababa de descubrir que era, o mejor dicho, podría llegar a ser.
-¿Abuela, a que te refieres con eso?
-Que podemos curar enfermedades, prestar consejo, ayudar a superar una pena... Siempre que todo sea natural y que el hecho de ayudarlo o la acción que provocó su estado no sean un atentado contra la propia naturaleza.
-¿Y que podemos hacer para ello?
-Podemos vaticinar catástrofes naturales, a veces evitarlas, curar enfermedades de animales, plantas o personas... Pero eso no es lo importante ahora.
Si lo de curar enfermedades me había impresionado, aquello de vaticinar y evitar catástrofes naturales me quedó totalmente descolocada. ¿Y además decía que aquello no era lo importante? Comprendí que mi abuela no quería que quedase en estado de shock como antes, así que continué haciendo preguntas:
-¿Desde cuando se sabe que se remonta el culto a la diosa?
-Si quieres pruebas, mira esto -dijo quitándose un colgante que tenía en el cuello. Era una especie de moneda de oro. Era muy fina, y tenía varios grabados de corte celta, y una fina cadena de runas a su alrededor. Teniendo en cuenta lo tosco de las tallas, lo desvencijado del oro, su color (a pesar de la casi nula corruptibilidad del mismo), la devastación de los bordes y la apariencia de las runas y la desaparición de esta tras la imposición del latín por parte de los romanos, tasaba este medallón de antes del año 1100. Por supuesto no podía estar segura: podía ser una falsificación, o ser de una época posterior, pero dudaba que fuese así. Aquella moneda era como mucho del siglo segundo o tercero.
-Pero, abuela, esto tendría que estar en un museo.
-Es un legado familiar, no voy a donarlo. Pertenece a nuestra familia desde el siglo primero. Creo que lo forjó una antepasada nuestra que se llamaba Muireann, irlandesa, experta en forja, consagrada a Dana y a la diosa Belisama, diosa del fuego, del arte y de la forja. Era famosa también por su forma de nadar, y en el siglo VI se puso su nombre a una sirena capturada en su honor. Por desgracia, la historia la ha olvidado. Una gran mujer, sin duda, como todas en su familia.
Me quedé mirándola con la boca abierta. ¿Me acababa de relatar una historia del siglo I? No era posible: la escritura no estaba muy extendida, y los celtas (sobre todo los druidas) no dejaban nada escrito, por miedo a que la información cayese en "malas manos". Compartí estos pensamientos con mi abuela, aderezados con algunos conocimientos que tenía de esa época, lo que me hizo quedar como si fuera un poco pedante, pero mi abuela lo ignoró y me respondió:
-Nosotras no somos druidesas, al menos no es lo principal en nosotros. Las adoradoras de la diosa somos anteriores, y nuestros misterios no son secretos porque no los hayamos registrado, sino porque sólo nosotras o nuestras parejas podemos leer. Es un lenguaje transmitido de generación en generación.
-Pero todos los textos fueron quemados durante la conquista romana o la expansión del cristianismo. Y el culto pagano quedó prohibido y erradicado, imitándose a algunos pequeñísimos grupos marginales que terminaban siendo descubiertos. ¿Cómo sobrevivisteis?
-Según parece, la cosa fue así: al principio sobrevivieron escondidas en los bosques, pues los cristianos no tenían otra opción de ser tolerantes con una cultura imperante. Así que optaron por convertir a Dana en Santa Ana, la madre de Santa María. El pueblo dejaba de creer en Dana y nosotras podíamos rezar y trabajar tranquilas, siempre que no habláramos de Dana ni practicásemos en público nuestros ritos y oraciones. Después todo se hizo más férreo, y quisieron borrarnos del mapa, pero teníamos una basa: sabíamos escribir. Esta característica era muy valorada en aquella época. Además sabíamos forjar, cocinar y preparar remedios de hierbas, por tanto éramos muy valiosas. Así que simplemente nos encerraron en clausura en una serie de conventos en las localidades en las que vivíamos, destinadas a surtir as arcas papales con libros y armas, y a ayudar a las gentes con remedios y a los pobres con comida. No teníamos hospederías como los monjes masculinos. Éramos las hermanas de Santa Ana, y estábamos vigiladas por sacerdotes locales para que abandonásemos esas "prácticas del demonio". Pero, como nuestra labor era de ayuda, siempre habíamos salvado a alguien de la familia de esos sacerdotes, así que se dedicaban a hacer la vista gorda con nosotras. Seguíamos escapándonos del convento para casarnos, y, cómo sólo teníamos hijas, nos limitábamos a criarlas en el convento alegando que eran niñas abandonadas. Cuando los obispo y cardenales mandaba a sacerdotes extranjeros para controlarnos, nos limitábamos a sacar del convento a las hermanas embarazadas por os mismos túneles subterráneos por donde escapábamos para estar con nuestros maridos. Y así sobrevivimos hasta que el liberalismo declaró la libertad de culto, cuando dejamos el convento y seguimos adorando a Dana por separado y en la clandestinidad, por si acaso. La sabiduría estaba contenida en libros copiados durante siglos y escondidos en los palacios del norte donados por las familias acabadas a las que habíamos salvado en alguna ocasión. Estos palacios fueron heredados por las matriarcas (pues cada vez éramos menos numerosas). La matriarca que me transmitió todo lo que sé era mi tía abuela, Nerys, y ni sus hijas ni sus nietas tuvieron poderes, al igual que mi madre, sus otras hermanas o mis propias hermanas. Ella tenía uno de los llamados "Castillos de la sabiduría", castillo que he heredado y estudiado, y, que si aceptas, será tuyo cuando yo muera.
Aquella sobrecarga de información me quedó sin poder reaccionar durante más de 10 minutos. Asimilé cada palabra, cada hecho, viajé mentalmente por la historia, viendo una congregación femenina sobrevivir a una sociedad con una misoginia e intolerancia religiosa pasmosas. Una congregación de la naturaleza, con espíritus libres como los ríos enclaustradas tras paredes de durísima piedra. Y luego escapando a través de túneles para reunirse con sus amores prohibidos, y regresando embarazadas. Y esas niñas, criadas son casi ver a sus padres, en una congregación que desde niñas las preparaba para soportar la responsabilidad de unos poderes enormes y conservar el culto de una diosa ancestral, diferente a las divinidades en las que creían de puertas para afuera.
Pero había algo que me sorprendió más: hablaba de "nosotras". Al principio se había esforzado por hablar de "ellas", pero poco después se le había olvidado este dato y se había saltado a la primera persona del plural, atentando así contra la concordancia y contra mi sentido común. Una idea al principio absurda pasó por mi cabeza, y me hizo preguntar algo entre titubeos.
-¿Abuela, por qué hablas de "nosotras"? Es que acaso eres... eres...
-¿Inmortal? -completó mi abuela, expectante.
-Si, o te has reencarnado de una vida pasada, o algo así -terminé de decir, titubeante. Me arrepentí de mi pregunta en el mismo instante en el cual la terminé. ¿Y si no e gustaba la respuesta?
Mi abuela se rió de nuevo cantarinamente.
-¡No, mi niña! Por suerte ni soy inmortal ni (que yo sepa) una reencarnación de una de nuestras familiares. No, Amelia, hablo de "nosotras" porque en nuestra familia siempre hemos sido antes el "nosotras" que el "yo". Siempre hemos sido la familia por excelencia, preocupandonos por los demás, y en especial entre nosotras. Siempre sabiendo lo que nos pasaba, siempre sabiendo lo que la otra iba a decir... Sin secretos, sin miedos entre nosotras, cada una siendo una prolongación de la otra, pero cada una con su personalidad propia. El secreto está en que en nuestras personalidades está la tolerancia, y por tanto nunca discutíamos acaloradamente, y si lo hacíamos, nos perdonamos presto, así que nunca nos separamos. Por eso me siento ligada a las hermanas de todas las épocas como me siento ligada a las que aun viven.
-¿Cuantas tienen poderes?
-De la rama familiar fundada por la madre de mi tía Nerys sólo yo como matriarca, y si tu quieres, tu como hermana. Se dividieron en un momento en 10 matriarcados, de los cuales 2 se extinguieron, y de los otros, están 5 matriarcas sin aprendizas, una matriarca con aprendiza y, de las dos restantes, una comparte el culto con una hermana y otra con siete. Pero, cuando hablaba de las hermanas que aun viven, me refiero a nuestras familiares en general.
-¿Que diferencia hay entre aprendizas y hermanas?
-Que las hermanas se han formado o empezado a formarse, y para eso sólo hay una forma: encontrar el amor. Y ahí es dónde entra el sauce.
Me quedé a cuadros. ¿Cómo era posible que me hubiese olvidado del sauce?
-Abuela, ¿que tiene que ver el sauce, mi sueño, la diosa y todo lo demás?
-Simple, todo está conectado. Cuando la diosa elige a una de sus nuevas hijas les manda una visión en la que les muestra a su verdadero amor.
Me quedé un poco apabullada, pero había recibido tantísimas emociones y sorpresas por un día que me limité a aceptar una solución medianamente lógica tendiendo en cuenta las revelaciones recibidas por ese día.
-¿Simplemente les manda una visión? ¿Así? ¿Sin más? ¿Entonces que tiene que ver el sauce en todo esto?
-Como siempre, tu inteligencia me sorprende, querida niña. ¿Que día fue ayer?
-Uno de mayo, creo. ¿No es el uno de mayo un día de festividad para los celtas?
-Has hecho los deberes, querida -me dijo con una sonrisa de satisfacción-. Si, el uno de mayo se celebra Beltane, fiesta del dios Beleinos, dios de la luz y del fuego. La parte de la luz es la que nos interesa, pues a partir de ese día y hasta el 31 de octubre, era la luz la que dominaba el mundo. Además, era una fiesta de suerte, salud y fertilidad, y en ella se coronaba a la reina de mayo. En nuestra familia, es en este día cuando se comprueba quien tiene o no las facultades para unirse activamente al culto de la gran madre.
-¿Y que hay que hacer?
-Saltar sobre las llamas, y después tu cuerpo se induce en un leve trance, que te lleva hacia tu árbol natalicio según el horóscopo celta. Y ahí, bajo las ramas del árbol (en tu caso el sauce), aparece la visión.
-Abuela, ¿desde cuando salté yo sobre las llamas?
-Debo decirte -una sonrisa traviesa iluminó la cara y los ojos de mi abuela- que hice un poco de trampa en ese sentido.
La miré, intentando recordar cuando había saltado una hoguera por intercesión de mi abuela.
-¿Te acuerdas de la barbacoa que hice ayer para desayunar?
-Si, ¿por qué?
-Bueno, pues esparcí alguna brasas por el suelo del patio, ante el camino de la barbacoa, y tu pasaste por encima de ellas. Según parece, eso contó como salto.
La miré entre impresionada, divertida, agradecida y molesta. Su abuela la había puesto a prueba.
-Abuela, ¿por que no me dijiste esto anteayer, antes de hacerme pasar sobre las brasas?
-Simple y llanamente porque a tu madre no le gustaba la idea. Si en realidad no estabas destinada a ir tras la diosa no pasaría nada y tu madre no se enfadaría conmigo. Pero si estás destinada, tienes todo el derecho del mundo a saberlo y a elegir la salida que mejor te parezca.
-Volviendo al sauce, abuela. ¿Fue real? ¿Esa persona existe?
-Desde luego. Es tu alma gemela. Cada persona tiene un alma gemela. Un pedazo de alma que es igual a la suya, y que su misión es estar juntas para ser felices. Eso es lo que muestra el sauce, a tu alma gemela. Y no solo la muestra. Es como una especie de llamada de atención. Ella sabe que existes, y ambas almas empezareis la búsqueda, para que así sea más fácil encontraros.
-Entonces no todo el mundo puede encontrar a su alma gemela, ¿no?
-Para las hijas de la Tierra es más fácil, eso es totalmente cierto, pero todas las personas la encuentran, al menos los que tengan alma gemela. De hecho, si no se encuentran en esta vida, ambas almas se reencarnarán, pues sólo habiéndose encontrado podrán llegar al Descanso del Alma, que es como suelo llamar a la vida después de la muerte.
Decidí dejar el tema de la vida después de la muerte lo más alejado de nuestras conversaciones posible. Pero hubo un dato que si me llamó la atención.
-Abuela, ¿que quieres decir con eso de "al menos los que tengan almas gemelas"?
-Cuando una persona comete el acto de traicionar y jugar con los sentimientos de las personas, pierde el derecho a un alma gemela. Cuando esto sucede, la que estaba destinada a ser su alma gemela sufre una especie de cambio radical en su vida, un cambio de sentimientos, intereses, actitudes, y resulta emparejada con otro alma que haya sido separada de un alma pérfida. En cuanto a las almas pérfidas, están condenadas a reencarnarse hasta que enmienden su error y se ganen el derecho a tener un alma gemela.
Asimilé nuevamente en silencio esta afirmación.
-Abuela, ¿como podré encontrar a mi alma gemela?
-Cuéntame tu visión.
Le conté todo sin omitir ningún detalle. Mi abuela me escuchó impasible, y cuando terminé me tomó de la mano.
-Mi niña, tu visión denota una pena muy intensa. ¿Estabas deprimida cuando la tuviste?
Bajé la cabeza, avergonzada, y para ella mi silencio fue una respuesta.
-Lo siento mucho, mi niña, no tienes que avergonzarte. Ahora todo está bien.
Me estrechó contra su pecho, y una silenciosa lágrima resbaló por mi mejilla. Ella me la secó con el dorso de su mano.
-Tranquila , querida, hora sólo tienes que encontrar a esa persona, y la felicidad llegará a tu vida.
-Abuela, esto es demasiado para mí -me sentí totalmente desbordada. No podía más-. No soy capaz de soportar nada más.
-Tranquila, mi niña -me susurró en el oído-. Ve a casa y duerme. Todo saldrá bien.
Me levanté, y me alejé dando tumbos hacia la casa. Entonces escuché como hablaba con Dana justo antes de atravesar la cristalera.
-Suerte que no he hecho nada más impresionante. ¿Crees que me he pasado con lo de las serpientes?
Entré en la sala tras escuchar un lastimero sonido de la gatita y me tiré en la cama. Mi cerebro estaba agotado, así que decidí tomarme una pastilla del cajón de mi mesilla de noche y asegurarme así el sueño. Lo último que recuerdo antes de cerrar los ojos fue el peso de Dana sobre mis pies.


DCAC