De hecho, el día me lo he pasado entero trabajando, pero no me quejo, pues se que mi trabajo no es tan duro si lo comparamos con tantos y tantos trabajos que día a día tienen que realizarse, incluso algunos en condiciones de esclavitud, que son realizados por niños pequeños. De verdad, me dan arcadas solo de pensar lo asqueroso que es el ser humano, ya no por crearlo (que también), sino por no impedir que eso se lleve a cabo. Un mal ser humanmo ensucia el nombre de una especie, pero una enorme masa de ellos dan testimonio de que somos una gran mancha que tenemos que lavar nosotros mismo. A veces me planteo lo de que el gen egoista es el origen de todo ser vivo, y que no hay más en su naturaleza. Siempre he dicho que todas las especies del mundo se dividen en amor y odio, pero que esto es una ampliación del instinto de supervivencia. El amor es el instinto que lleva a los animales a reproducirse y a buscar métodos para la protección de sus crías, y el odio es lo que lleva a protegerse y alejarse a la presa de su depredador y al depredador a acercarse a la presa. Pero el egoismo es a parte. Es lo que nos lleva a llevar al fin nuestro instinto de supervivencia, el querer sobrevivir y evolucionar. Pero los hombres también hemos llevado el egoismo a otro nivel. Ya no qeremos sobrevivir, ni siquiera encontrar placer, queremos llevar hasta el fin nuestra lujuria, avaricia, gula, pereza, soberbia, ira, y, como no, envidia. Solo queremos satisfacernos totalmente sin pensar en el bien de los demás.
Por supuesto no todos somos tan extremistas; los demás solamente queremos vivir felices e ignorantes ante el mal que nos rodea. Pero, ¿que le vamos a hacer? Somos así y, mientras no lo aceptemos, no lo superaremos.
Disculpadme, he empezado felicitando a los trabajadores y terminado criticando a oda la humanidad. Hasta mañana.
Se despide con cariño:
De Cotilla a Comfidente
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