Buceadores en mi mare tenebrosum

domingo, 13 de junio de 2010

¡¡Sólamente puedo decir...

Lo sé, lo sé. No, no tengo fiebre, y no estoy delirando, al menos no demasiado, no más que otras veces. Mi presión sanguinea es normal, mis pulsaciones un poco aceleradas, pero no es nada grave. No, no estoy intentando redimirme. No estoy buscando consuelo. Y si, soy plenamente consciente de lo que estoy haciendo. Estoy escribiendo dos entradas en dos dias.
La razón, porque he sentido como si me besasen por primera vez, como si me insuflasen la vida que estos días ha estado carente en mí, como bien habéis podido comprobar. Y es que, señoras y caballeros, vengo del teatro.
Creo que ya sobran todas las demás palabras que os pueda decir, porque todos los que quedais me conoceis muy bien. Creo que no he sido especialmente popular estos últimos meses. Pero por si algún otro se ha dignado a asomarse a esta ventana por la que salía aire pútrido (eso cuando la abría), o por si alguno de vosotros no se acuerda, he de decir que adoro el teatro. Más que eso. Es mi vida, como cualquier arte. El arte es para mi la actividad más elevada del hombre.
Así que, temiendo reiterarme, paso a presentaros el espectáculo con el que me he deleitado esta noche: Pasando Revista, escrita por Miguel Murillo e interpretada por los extremeños "Rodetacón".

Esperanza París, dueña del teatro "Parisien", recibe la llamada de un productor televisivo que quiere para el este famoso exito de la Revista, el musical español por escelencia, consumado en los años treinta y que mantuvo su fama hasta bien pasados los sesenta.
Esperanza llama a los antiguos miembros del elenco, que se reunen de nuevo para preparar un espectáculo que los relance al estrellato.
Así, entre el recuerdo de las canciones que marcaron un tiempo cantadas en directo con la maravillosa voz de los actores, estos, ya siendo personajes, nos narran sus vidas antes del estrellato, durante el y cuando lo perdieron. Y sobre todo, nos animan a seguir eternamente luchando por nuestros sueños.

Sin palabras que lo describan. Actuaciones simplemente brillantes. Canciones magníficas. Coreografías de infarto. Comedia y drama en perfecta comunión, que te llevan de la risa al llanto en cuestión de segundos.
Además se hace un homenaje a este género tan desconocido como es la Revista, un genro que, en plena censura, era capaz de derrochar erotismo. Un genero que podía divertir a los más ricos y darle a los más pobres (los artistas) la posibilidad de hacer lo que siempre habían deseado.
Con canciones como "Los nardos", "Estudiantina portuguesa" o "Mamá, quiero ser artista" y unas coreografías que te dejan con la boca abierta, Rodetacón me ha dejado muerto, y me ha hecho disfrutar a cada segundo con las dos horas que dura el espectaculo, cuidado desde la música hasta el vestuario.
Un bonito momento del dia.

Además, todo ello aderezado con que, esta mañana, he estado mas cerca de Irlanda, ya que he tenido una reunión para que se nos informara con peros y señales de todo lo que tendrá lugar durante el viaje.
Y para más alegría, cuando vuelvo y veo el blog, se me deja un comentario de alguien que se nota que me comprende.
Gracias Lucía. Y Gracias a todos los demás: Elena, Agustín, Gildardo, Arual, Caperu, Mandy, María... y un largo etcétera de todos los demás, de todos vosotros. Sabeis quienes sois, porque habéis estado ahí.
Gracias. Gracias por no hacerme olvidar que aun existo.
Y llegados a este punto, os digo, a vosotros y a la compañía que me ha insuflado vida:

...GRACIAS POR VENIR!!

1 comentario:

  1. El cine, bueno, el mal cine, acabó con la escena en directo que es donde se ven los buenos actores y donde uno se siente entretenido y nutrido mentalmente pero ese es el precio que deja la evolución y el modernismo. Son cosas comparables con, por ejemplo, leer un libro, escribir una carta o mandar una felicitación de Navidad, todo se va perdiendo, pero, nunca, NUNCA, te lamentes de ir al teatro.
    Y te deseo lo mejor en Irlanda "hijo", vas a una bonita tierra.
    Un abrazo

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